Para comprender la sexualidad rio basta conocer la anatomía y la fisiología de los aparatos genitales masculino y femenino; es necesario, también, saber por qué en la evolución de las especies se han diferenciado los dos sexos de forma tal que, para hacer posible la procreación, es imprescindible la participación de ambos.
¿Qué ventajas supone esta organización sobre la de los animales unisexuales?
La existencia de dos sexos en los animales superiores, entre los que está incluido el hombre, confiere a la reproducción un perfeccionamiento que afecta principalmente a la retransmisión de caracteres genéticos, y brinda mejores defensas a la fecundación y al desarrollo del embrión.
Para explicar el aspecto genético será útil ver qué ocurre en los animales inferiores unisexuados, cuyo organismo consta de una sola célula; estos seres representan una de las organizaciones animales más simples. Su reproducción tiene lugar mediante la división en dos mitades de toda la célula, distribuyéndose en igual proporción los elementos que componen el animal. Se logra asi que de un solo individuo originario se formen dos. Estos dos nuevos seres serán idénticos entre sí, y a la vez idénticos a la célula originaria: tendrán todas las características de ésta, pero no habrán adquirido carácter nuevo alguno.
De ello se deduce que es ínfima la capacidad evolutiva de estos organismos, o sea, que muy difícilmente adquieren nuevos caracteres que los perfeccionen y supongan una ventaja frente al medio en que viven. Sólo de vez en cuando experimentan un fenómeno llamado de conjugación, que consiste en la unión entre dos de estas células, que mezclan o conjugan sus propiedades genéticas; de tal unión surgen de nuevo los dos seres unicelulares con sus caracteres mezclados. Este fenómeno, que no debe confundirse con el de la reproducción, se realiza después de varias divisiones celulares, según la especie de que se trate.
Semejante deficiencia en la transmisión genética queda reparada en los animales superiores gracias a la bisexualidad; la participación de dos elementos sexualmente distintos comporta la mezcla forzosa de ambos caracteres genéticos que, por lo tanto, se transmiten a la prole.
Es así como el hombre tiene asegurada la capacidad de perfeccionamiento y adquisición de nuevos caracteres en la evolución de su especie, puesto que la fecundación del óvulo por el espermatozoide determina la transmisión de los caracteres genéticos de ambos progenitores en cada uno de los hijos.
¿Qué ventajas supone esta organización sobre la de los animales unisexuales?
La existencia de dos sexos en los animales superiores, entre los que está incluido el hombre, confiere a la reproducción un perfeccionamiento que afecta principalmente a la retransmisión de caracteres genéticos, y brinda mejores defensas a la fecundación y al desarrollo del embrión.
Para explicar el aspecto genético será útil ver qué ocurre en los animales inferiores unisexuados, cuyo organismo consta de una sola célula; estos seres representan una de las organizaciones animales más simples. Su reproducción tiene lugar mediante la división en dos mitades de toda la célula, distribuyéndose en igual proporción los elementos que componen el animal. Se logra asi que de un solo individuo originario se formen dos. Estos dos nuevos seres serán idénticos entre sí, y a la vez idénticos a la célula originaria: tendrán todas las características de ésta, pero no habrán adquirido carácter nuevo alguno.
De ello se deduce que es ínfima la capacidad evolutiva de estos organismos, o sea, que muy difícilmente adquieren nuevos caracteres que los perfeccionen y supongan una ventaja frente al medio en que viven. Sólo de vez en cuando experimentan un fenómeno llamado de conjugación, que consiste en la unión entre dos de estas células, que mezclan o conjugan sus propiedades genéticas; de tal unión surgen de nuevo los dos seres unicelulares con sus caracteres mezclados. Este fenómeno, que no debe confundirse con el de la reproducción, se realiza después de varias divisiones celulares, según la especie de que se trate.
Semejante deficiencia en la transmisión genética queda reparada en los animales superiores gracias a la bisexualidad; la participación de dos elementos sexualmente distintos comporta la mezcla forzosa de ambos caracteres genéticos que, por lo tanto, se transmiten a la prole.
Es así como el hombre tiene asegurada la capacidad de perfeccionamiento y adquisición de nuevos caracteres en la evolución de su especie, puesto que la fecundación del óvulo por el espermatozoide determina la transmisión de los caracteres genéticos de ambos progenitores en cada uno de los hijos.