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miércoles, 5 de junio de 2013

Las novias de moda


Encanto, elegancia y audacia! Vestidos de novia con plumas promete ser el hit de 2011. Este detalle hace la diferencia se aplica a muchas colecciones de alta costura en Brasil y en todo el mundo.

Pero sólo una cosa: la novia que optan por este estilo debe ser el sentido común de no exagerar o incluso saber cuando exagero. Las plumas que parecían antes sólo en accesorios, ahora se utilizan principalmente en las faldas de los vestidos, dando más volumen, peso ligero y la clase de la ropa.

Modas Así noivinhas con la boda prevista para este año, se dio por aludido!

martes, 28 de agosto de 2012

Aspectos claves para tu boda


Consejos e informaciones para las parejas que preparan su boda Parte 2

EL PRESUPUESTO
Hay que hacer un pequeño estudio de los ahorros y futuros ingresos para ver hasta dónde se puede llegar en el pago de un alquiler o entrada y plazos de una compra. La aportación de los padres suele ser también un factor muy importante, aunque sea un poco delicado es interesante consultarles sobre cuál será su ayuda.

COMPRA O ALQUILER 
 Depende, además del presupuesto, de que la vivienda guste más o menos, sea de compra o alquiler y que esté en un barrio que guste, bien por su entorno o por tener a familiares o amigos en las proximidades. ¿Tenéis cuenta en el banco o libreta de ahorros?, es interesante consultar sobre los préstamos y facilidades que se conceden para la compra de vivienda; suele bastar un aval de dos personas solventes y una situación laboral estable.

¿COMO ENCONTRARLO?
El sistema más fácil y rápido es cojer un periódico, local en el que se anuncien el máximo de pisos y consultarlo con un plano para ir viendo la localización de cada piso. Recortar o señalar los más interesantes e ir a informarse personal o telefónicamente sobre los mismos. Preguntar sobre las principales características, precio, facilidades de pago y horas de visita para verlo. Generalmente los domingos por la mañana pueden visitarse los pisos en venta o alquiler, con lo cual se facilita mucho esta labor de búsqueda.

UNA COCINA MODERNA Y PRACTICA SIRVE PARA... COCINAR
Desde luego que en vuestra nueva vivienda hay que instalar una cocina con todas las ventajas que ofrecen los modernos muebles y electrodomésticos. Si la vivienda es vieja puede renovarse. Pero la cocina sirve para cocinar... hay que empezar ya a practicar algunos platos fáciles. Un buen libro de cocina, o varios, pueden ser una buena ayuda, así como las recetas que os expliquen vuestras mamas (madre y suegra, naturalmente}. El hombre actual ya no tiene tanto impedimento para colocarse un delantal y echar una |>iano a su mujer, principalmente si ella también trabaja es lo justo ¿no?.

viernes, 24 de agosto de 2012

Consejos para armar tu boda


Consejos e informaciones para las parejas que preparan su boda Parte 1

LA LISTA DE BODA
Es la mejor manera de asegurarse de que nos regalen lo que realmente precisamos y nos gusta. Entre dos y tres meses antes de la boda hay que escoger el comercio en que se desea preparar. Lo mejor es ir a un comercio que sea especializado en Listas de Boda y que ya tenga tradición en ello, pues aunque este servicio lo ofrecen muchas tiendas pequeñas suele haber muchos artículos para elegir y más problemas en cuanto a entregas. Hay muchos comercios que ofrecen, además, un tanto por ciento en efectivo sobre el importe total de los objetos que os regalen; es importante consultarlo. En un par o tres de tardes completas, asesorados por una dependienta (que desde entonces cuidará de vuestra lista), se confecciona la relación de todo lo que deseéis. Procurad que haya gran variedad de precios, pues no se puede obligar a nadie a gastar más de lo previsto.

AL RECIBIR LA PARTICIPACION...
Los familiares y amigos que reciban la participación o invitación para la Boda llamarán a vuestras casas para preguntar dónde tenéis la Lista de Boda. Sin ningún reparo se lo podéis explicar y, al mismo tiempo, procurad ya confirmar la asistencia a la Ceremonia y al banquete.

¿QUE HAY QUE PONER EN LA LISTA DE BODA?
Una relación completa de lo que es aconsejable poner en la Lista de Boda es imposible ofrecerla de una sola vez, por lo tanto cada mes iremos desglosando los distintos apartados de que debe constar para que no olvidéis nada y tampoco añadáis cosas sin utilidad (por muy bonitas que sean). ¿De acuerdo?. Empezamos por...

LA CRISTALERIA
12 copas de agua
12 copas de champagne
12 copas de vino (tinto)
12 copas de vino bian-co
6-12 copas de coñac
6-12 copas de licor
6-12 copas para Jerez
6-12 jarras de cerveza
6-12 vasos de whisky
6-12 vasos de refresco
1 jarra para el agua

Complementaria:
6 vasos para agua de diario
6 vasos para vino de diario
1 juego de sangría

martes, 21 de febrero de 2012

Noche de Bodas


La actitud de desprecio total y el rechazo absoluto que adoptan los hombres ante las mujeres que han cedido al amor y se han mostrado generosas de su cuerpo —actitud que es consecuencia de una herencia cultural multisecular—, condiciona aún más a las mujeres a mostrarse inflexibles, y, en muchos casos, incluso las induce a rechazar manifestaciones de afecto que ellas pueden considerar pecaminosas o peligrosas en el sentido de que pudieran inducirlas a cometer actos «de los que luego tengan que arrepentirse».

Esta contención, sobre todo en los casos en los que el noviazgo, casi siempre por razones económicas, debe prolongarse excesivamente, acaba por sumir a ambos novios en una especie de frigidez afectiva y sexual que luego ha de dificultar gravemente la convivencia entre ambos.

Por una parte, el marido se siente orgulloso de su «caballerosidad», y, por otra, se nota inseguro. Tiene miedo de que su «gesto» no sea bien interpretado, de que ella lo comente con alguien, o de que ocurra cualquier otro hecho que ponga en entredicho su reputación de «hombre». Puede suceder también que la haga responsable a ella («esa tonta») de su abstención, porque con su comportamiento no ha hecho más que dificultar las cosas.

Ella, por su parte, sentirá también un alivio momentáneo. Sin embargo, su angustia no desaparecerá del todo. Se dormirá sabiendo que «aquello» simplemente se ha retrasado, pero que más tarde o más temprano tendrá que «soportarlo». Eso si no se le ocurre pensar, como sucede algunas veces, que su marido es impotente, homosexual, o, lo que se da con más frecuencia, que no la quiere.

Si los jóvenes recibieran una educación sexual adecuada, y si durante el noviazgo no hubieran de reprimir tanto los impulsos espontáneos que tienden a fortalecer los lazos afectivos que los unen, la «noche de bodas» no plantearía ningún problema a ninguno de los esposos, ya que estarían preparados tanto física como psíquicamente para ella, y el hecho de empezar su nueva vida en común no se convertiría en un trauma, sino que sería la feliz culminación de todo un proceso de conocimiento y estimación mutuas.

La causa del problema, el no saber cómo comportarse, estriba en la falta de educación sexual y en la índole de las relaciones prematrimoniales. En otras circunstancias el problema no existiría. Quede claro : en otras circunstancias. En la actualidad existe y es causa de malentendidos que a veces pueden tener consecuencias extraordinariamente importantes. Atengámonos, pues, a las actuales circunstancias y veamos cuál es la mejor manera de hacer frente a la situación.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Casamentera en Bodas


La casamentera propiamente dicha nace y muere con la vida pública de los salones, en una sociedad hecha de apariencias y de disimulo. En una sociedad agrícola bien organizada la casamentera tiene poco que hacer, ya que se sabe con sobrada antelación qué condiciones se requieren para el reparto, o unión, o conservación de la tierra.

La sociedad agrícola no admite ninguna demora en el estado de soltería, ni en la vida pública se utilizan eufemismos que permitan la delicada actividad de la casamentera.

En el salón, en donde se daban cita los estratos oscilantes de la burguesía, es donde se desarrollaba en pleno auge la actividad de la casamentera. Mientras la gente bailaba, hablaba, cantaba, organizaba juegos de prendas y de naipes, ella observaba, escogía sus pupilos y empezaba su tarea.

Para evitar fracasos la actual casamentera utiliza con agilidad el arte de la maledicencia. Sabe muy bien que el lenguaje directo no le suministraría datos sobre la real situación económica de los individuos, y sabe también, de paso, que no puede fiarse de las apariencias. Las casamenteras más brillantes y artistas saben utilizar la ignorancia de los mismos indi-.duos que manipulan, haciendo concebir esperanzas que luego no se realizan.

La condición necesaria para su labor es que existan a su alcance un buen número de muchachas cuyas dotes no sean de fácil aclaración. En algunos casos, ya no tan fáciles ni frecuentes, puede darse que la muchacha sea difícil de casar porque posea mucho dinero pero no el rango familiar adecuado.

El trabajo más perfecto que puede llevar a cabo una casamentera es unir dinero y prestigio. La sociedad plutocrática es una sociedad que se expresa como una burda imitación de la sociedad aristocrática que la precede.

Trata de reproducir la autoridad que el noble posee por el simple hecho de su nacimiento, y lo hace no sólo imitando sus formas de vida, sino comprando viejos títulos o adquiriendo títulos nuevos. En los salones, en donde afluyen estratos de la riqueza creciente y decadente, la casamentera tiene terreno abonado y su habilidad consiste en lograr este feliz complemento.

martes, 25 de octubre de 2011

Casamentera y Celestina


Llámase casamentera aquella mujer habilidosa en concertar matrimonios. Suele ser una persona de mediana edad, soltera, casada o viuda, aunque lo más corriente es que su entusiasmo derive de una experiencia social-mente feliz.

La casamentera conoce, o ha conocido, las ventajas del matrimonio y está convencida de que de su propia experiencia ha sacado los conocimientos suficientes para descubrir las cualidades que hacen una pareja perfecta. No hay que confundir la casamentera con la celestina, que describiremos más adelante.

La casamentera no confunde las relaciones matrimoniales con las amorosas, y generalmente no se mueve por espíritu de lucro. Sabe, sin necesidad de llegar a definiciones, que no le interesan, que el matrimonio es una institución que sirve de base a una sociedad bien estructurada, que ella aprueba. Es una mujer ordenada, conservadora, de una ortodoxia a toda prueba, y las personas solteras la angustian como ejemplo de desorden, y, en consecuencia, de inmoralidad.

La casamentera no es una mujer vulgar, posee cualidades de creación y de mando que su condición de hija y de esposa obediente no le ha permitido encauzar. Su vida reducida al ámbito del hogar no le basta, y, aunque no se da cuenta de ello, necesita una proyección pública de sus actividades y el aplauso de la sociedad.

La casamentera no actúa por interés inmediato. Si es madre de muchas hijas, se dedicará a ellas primero, naturalmente; pero una vez resuelto el problema familiar se preocupará de encontrar marido a las demás mujeres que la suerte le pone al alcance. La casamentera concibe su actividad como un arte y se siente tanto más feliz y entusiasmada cuanto más crecen las dificultades. El honor más alto es lograr que un soltero recalcitrante ceda a sus instancias de matrimonio.

Porque la casamentera sabe muy bien que tiene como beneficiaría la mujer, por la sencilla razón que las normas sociales han desprovisto a la mujer de todo poder para decidir su futuro. Su habilidad requiere un agudo sentido de observación, un agudo sentido práctico y un escepticismo amable y contemporizador. No espera mucho de los seres humanos, sabe que la plena felicidad no es alcanzable, y que la comodidad y el acuerdo con el medio ambiente la sustituyen con ventaja.

martes, 5 de julio de 2011

La Boda para la mujer - Parte 2


De acuerdo; hemos exagerado. Este lo es intolerable. Pero es que a veces la manera más convincente de demostrar que algo está llegando a ser intolerable es exagerarlo al máximo, llevarlo hasta sus últimas consecuencias, a las más absurdas. Y el hecho de que la mujer, o de que muchas mujeres están en venta es incontrovertible. Y también intolerable. La mujer necesita al hombre, pero el hombre también necesita a la mujer, y, sin embargo, normalmente se atreve a ser él mismo, y no vive tan pendiente de gustar.

Por eso podemos llegar a la conclusión de que si bien procurar gustar es algo que honra a todo ser humano (hombre o mujer), porque es una deferencia hacia los demás y una muestra de respeto para con uno mismo, el hecho de que el gustar se convierta en una obsesión es aniquilador; despersonaliza y cosifica, o sea, arruina la personalidad y convierte a los seres humanos en cosas.

b) Las niñas tienen que ser obedientes y sumisas. Esta obediencia y sumisión, que hace unos años se llamaba modestia, se ha considerado tradicionalmente el principal adorno de la mujer. Es uno de los requisitos indispensables de la feminidad, palabra mágica cuyo principal encanto reside en que nadie sabe exactamente cómo definirla, pero que se puede expresar con un encogimiento de hombros y la sonrisa vaga y coqueta de quien está en el intríngulis. De todos modos —y dejando de lado esta espinosa cuestión (la de la feminidad)—, hay que tener presente que tampoco la docilidad y la sumisión acaban aquí. Ahondemos un poco más.

Lo más grave de estas adorables y femeninas cualidades es que llevan a la mujer a aceptar como buenas —sin atreverse ni siquiera a reconsiderarlas un momento— una serie de normas de conducta que le vienen impuestas desde la infancia y cuya principal finalidad es conseguir que se adapte plenamente a su condición de ser humano a medias, de ser humano al que no se sabe bien por qué le están sutilmente vedadas las actividades que mejor contribuyen al desarrollo de la personalidad del individuo, y a su conciencia de incidir de alguna manera en el mundo; de ser humano, en definitiva, cuya única misión consiste en hacer agradable la vida a los hombres y en perpetuar la especie, cuando lo que debiera hacer es pensar por su cuenta, discutir las normas de conducta y enfrentarse a ellas. Dejar, en resu midas cuentas, de ser sumisamente femenina para convertirse en un ser independiente que somete a crítica lo que se le inculca y que decide por sí mismo su destino.

c) El fin de toda mujer es casarse y tener hijos. Puesto que el hombre es animal social, parece lógico que viva en compañía y que se una a otro ser del sexo opuesto formando una sociedad cuyo fin sea el satisfacerse mutuamente las necesidades afectivas y sexuales y educar a los hijos. Hasta aquí muy bien. Nada que objetar. Lo que sí es criticable es el considerar que la participación social de la mujer termina así, en tan estrechos horizontes, y que fuera del matrimonio nada le incumbe, todo le es ajeno.

Este planteamiento adolece del defecto al que anteriormente nos hemos referido: la pequenez. Es una visión del mundo estrecha, limitada, mezquina. Y a quien perjudica mayormente es a la mujer, que de hecho se limita a la sociedad matrimonial, porque el hombre, mediante el trabajo, encuentra la manera de incidir en la realidad, de participar en otras sociedades y ser plenamente animal social.

d) El matrimonio colma todas las necesidades y apetitos de la mujer. Otro error. Otra pequeña idea falsa. No hay necesidad de demostrarlo. Basta ir por ahí, mirar la cara de muchas de las mujeres de más de cuarenta años y preguntarles por su matrimonio. El torrente de palabras es anonadador y tristemente ilustrativo. El descontento, el rencor, la insatisfacción y la necesidad de descargarse las impulsan a hablar, dando la impresión, en algunos casos, de que se recrean en su propia desgracia y de que encuentran en ella la respuesta adecuada a su fracaso.

Y, sin embargo, lo curioso es que sus diatribas se dirijan sistemáticamente contra el marido, como si él, y no la ideología responsable de que ellas pongan todos sus anhelos y esperanzas en el matrimonio, fuera el único culpable de la insostenible situación.

La mayoría de ellas piensan que si se hubieran casado con otro hombre..., que si él ganara más dinero..., si fuera menos egoísta..., y no ven que la causa del fracaso no es el marido sino el enfoque que ellas han dado al matrimonio al convertirlo en su única aspiración, al condenar todos sus intereses y afectos en las cuatro paredes del hogar. No se dan cuenta, en resumen, de que el verdadero responsable es la pequeña idea que ellas tienen de sí mismas y de sus necesidades, del hombre y del mundo.

domingo, 3 de julio de 2011

La Boda para la mujer - Parte 1


Parece evidente que existen dos maneras de entender el matrimonio: una femenina y otra masculina. A esta diferente concepción del matrimonio cabe atribuir la mayor parte de los problemas que ambos cónyuges se plantean, que son, en muchos casos, suficientemente graves como para destruir si no la unión en sí (extremo al que se llega difícilmente, sobre todo por presiones de índole social, en los países en que no existe divorcio), sí al menos la comunión afectiva entre los esposos y la posibilidad de dialogar.

Examinemos ahora la concepción femenina del matrimonio y veamos hasta qué punto está cargada de idealismo y falta de contacto con la realidad, y hasta qué punto, por tanto, es responsable del ulterior fracaso.

Pero para ello tendremos que partir de la educación que se da a la mujer, y de los principios que se le inculcan, principios, o, como los llamaremos en adelante, pequeñas ideas, que condicionan a la mujer hasta el extremo de impedirle —si no sabe liberarse a tiempo de su maleficio— pensar con independencia de criterio, tomar decisiones, amar libremente, y otras actividades propias del ser humano, sin las cuales resulta imposible que hombres y mujeres puedan realmente comunicarse.

A las niñas se las educa con diminutivos: que si la muñequ/ta, que si el vestidito, que si los pastel/tas, la casita... Luego vienen las monjitas o las señoritas (suplicio absurdo) y finalmente, con o sin intervención de San Antonio, la boda —LA BODA— en mayúsculas y sin diminutivo.

Pero ya es tarde; las niñas, que entre tanto se habían convertido ya en mujerezto, se han acostumbrado a las cosas pequeñas, o, mejor dicho, a las pequeñas ideas. Estas pequeñas ideas las han recibido envueltas en papeles de brillantes colores, como caramelos, y como caramelos las han engullido. Y con estas pequeñas ideas la niña, ya mujer, ha de vivir y educar a sus hijos.

¿Cuáles son y qué tienen de malo esas pequeñas ideas ?

Vayamos por partes: ¿cuáles son? ¡Oh!, pues muy corrientes. Pueden formularse, además, de muy diversas maneras, pero en esencia se reducen a las siguientes:

a) Las niñas tienen que gustar. Deben, por tanto, hacer lo posible por gustar: ir bien vestidas, bien peinadas, hacer monadas y ¿cómo no? ser un poco hipócritas, porque, desengañémonos, sin una pizquita de hipocresía es imposible complacer a todo el mundo.

Examinemos ahora la cuestión más de cerca (qué tiene de malo). Eso de gustar, que parece tan inofensivo, se convierte en fuente de prohibiciones —no ensuciarse, no despeinarse, no moverse bruscamente...— y, en la escuela, en falta de espontaneidad —sonreír cuando no se tienen ganas, saludar a unos amigos de mamá que son pesadísimos, decir «no, gracias, ya he merendado» cuando una se muere por comer unas cuantas galletitas con cualquier tontería.

¿Sólo eso? No, sólo eso, no. Sigamos.Enlace

La niña, que va reprimiendo sus tendencias a manifestarse tal cual es —por gustar, por complacer—, se va convirtiendo cada vez más en producto, en objeto. Y como la competencia es realmente agobiante —abundan las mujeres aún más que los detergentes— la cosificación (o sea, el hecho de convertirse en cosa) llega a extremos inconcebibles. A veces a uno le da por pensar que a ciertas mujeres no les falta más que regalar puntos para la vuelta al mundo de dos personas, o boletos para el sorteo de un seiscientos.

¿Y el hombre ? El hombre, como es lógico, no sabe por dónde anda. Se pierde en el laberinto de las minifaldas, de los ojos sombreados por largas pestañas (postizas o no), de los graciosos movimientos insinuantes, y, a la hora de comprar (casarse) puede que esté tan aturdido que se queda con lo que menos se ajuste a su manera de ser y a sus necesidades.

jueves, 31 de marzo de 2011

Historia de la Pareja - Matrimonios


La mujer va a aparecer definida con relación a los hombres: hermana de, hija de, esposa de, nieta de... En este período de la modernidad, ella no se encuentra al margen de la cuestión económica. Ahora, la figura femenina debe procurarse su propia dote. Es cierto que las características de ésta serán diferentes según la clase social a la que pertenezca la mujer.

Para las clases altas y medias, el contrato matrimonial es el negocio más importante que una familia hace; sin embargo, este modelo no se aplica a toda la sociedad. La mujer de clase baja tiene que trabajar para mantenerse, pero no se admite la independencia femenina. Lo que significa que el trabajo tiene su razón de ser en el aporte que ella realiza al contrato matrimonial. Lamujer sin dote puede acceder a un casamiento con alguien situado en el nivel más bajo de la escala social.

En este período, la mujer trabaja en las granjas agrícolas; en la industria doméstica (colabora con sus padres o maridos en el despacho o venta de lo producido en el hogar); en la industria de la seda o pertenece a la servidumbre (con todas las gradaciones: damas de salón' como cúspide de su carrera).

Ahora bien, para conseguir trabajo es importante la educación, bien que escasea en la época. Existen escuelas de caridad (S. XVII) y pequeñas escuelas. Se procura que la mujer tenga buena presencia: "... el ideal era vestido limpio, aunque zurcido, cuello almidonado, aunque viejo, calcetines sin agujeros y zapatos lustrados".

¿Quién con quién?
Las hijas de abogados y de hombres del clero se casan con aquellos de la misma profesión paternal; las sirvientas reales con jornaleros, tratando de establecer una granja; las sirvientes ciudadanas con sirvientes ciudadanos, con el proyecto de crear un pequeño negocio independiente (bar, cafetería). La hilandera se casa con el cardador o el tejedor, de ahí que no se interrumpe el ciclo del trabajo. La mano de obra no calificada (floristas, vendedoras ambulantes) que no tiene dote, o que la ha gastado por alguna enfermedad, se casa con hombres de su misma condición.

Entre 1550 y 1800, las mujeres que mueren solteras son entre el 5 y el 25 por ciento. La edad del casa- miento se eleva. Cuanto mayor es la crisis económica, más notoria es la demora para casarse. En general, la mujer no se casa con alguien situado por debajo de su estatus social.

domingo, 27 de marzo de 2011

Historia de la Pareja - El Casamiento


El casamiento: algunos cambios, los mismos intereses

Para la mujer, el matrimonio es su destino. Para el hombre, en cambio, llega a ser un proceso que le facilita su accionar. El marido da protección, sostén y paga impuestos. La mujer es compañera y madre, además de al-fabetizadora de sus hijos. El casamiento tiene la finalidad de la reproducción en un marco protegido. Sin embargo, éste es un tramo de grandes dificultades para las mujeres: cargan con mucha responsabilidad pero no gozan de independencia. De ellas dependen la fecundidad y la armonía familiar.

Los jurisconsultos establecen edades legales para casarse y los médicos preservan a las niñas de uniones prematuras o demasiado tardías. Se eleva el conocimiento de la práctica obstétrica y se conocen así los peligros de un embarazo para una adolescente apenas formada. A fines del Renacimiento, la sexualidad aparece como legítima y necesaria. Si se casa a la mujer sin su consentimiento, se es culpable a los ojos de la naturaleza.

La unión armoniosa de los sexos depende de un acuerdo físico y espiritual: ahora la jovencita no es soporte pasivo del varón y su volunt; Se le concede el derecho de participar en construcción de su destino. Obviamente, t to choca con una sociedad en la que las niñ son objeto de transacción, moneda de car bio de un poder económico y de un prestig social. De todas formas, se intenta luch, contra alianzas que sólo le dan prioridad a ambición social, sin tener en cuenta el entei dimiento afectivo y físico de los cónyuge: aunque todavía no se puede situar el ame como base de la pareja.

En esta etapa de la historia, un matrimo nio es un contrato que supone un intercam bio de bienes que caen bajo la óptica de marido. Los asuntos monetarios se antepo nen -si bien no como antes- a los deseos necesidades y naturaleza de las mujeres. Er el período anterior a la Reforma y al Concilio de Trento, el acto matrimonial no es un consentimiento y juramento de amor y fidelidad, sino un contrato seguido luego de un acto sexual. En un testamento de 1599, un padre le legó a su hija algunas ovejas y un marido. "A mi hija Majorie, le dejo LX ovejas y un marido y la concedo en matrimonio a Edward, hijo de Reynold Shajtoe." Contraer matrimonio por amor, sin tierras o bienes, es asegurarse una vida de sufrimiento.

Casi todos los maridos son mayores que sus esposas, lo que les permite combinar el papel de padre y esposo. Las ideas de los predicadores como las de los humanistas ubican a la mujer en el hogar, el silencio y la sencillez. Existen varios manuales de confesión y guías matrimoniales en los que se limitan las actividades sexuales. El acto sexual no debe practicarse frecuentemente; debe hacerse frente a frente, sin usar las manos o la boca, sin obscenidad ni desnudez visible, y sin insultos.
Sin embargo, casi todos los códigos morales le dan al marido el derecho de golpear a la mujer en "actitud de corrección". El adulterio es la manera más fácil (para los hombres) de disolver matrimonios; si bien entre las clases pobres, la causa más común de disolución es el abandono.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Matrimonio


El casamiento hace más feliz al hombre que a la mujer

El antiguo mito que decía que el estado conyugal era el "sueño de todas las mujeres y la pesadilla de todos los hombres" fue echado por tierra por nuevos estudios de las relaciones de pareja que aseguran que el matrimonio hace bien a los hombres pero mal a las mujeres.

La tasa de depresión entre las esposas es dos veces más alta que aquella de los maridos. El matrimonio protege a los hombres de este mal y hace más vulnerable a las mujeres. Según afirman expertos la mejor receta para sobreponerse a la depresión es idéntica tanto para mujeres como para hombres: "Casarse joven y tener hijos". Los hombres extraen siempre y de cualquier manera beneficios del matrimonio, aunque la unión sea lejana a la perfección, mientras que las mujeres solamente se hallan bien en las relaciones que funcionan.

jueves, 13 de agosto de 2009

Mi cuñada


Las cuñadas son un elemento particular en las relaciones de pareja, en general no hay demasiadas quejas hacia ellas por parte de la novia. Claro que hay casos en los que las cuñadas pueden generar conflictos y un ejemplo es la boda de su hermano. Convengamos que ella lo conoce desde hace más tiempo que la novia y sabe demasiado de él, esto le da cierta ventaja. Si no hay buen diálogo con ella lo mejor es ignorarla, simple pero efectivo, tal cual si fuera una compañerita de la escuela insoportable. Si no es efectivo en tu caso, descarga tu ira a solas, pero ante ella muestrate bien afectuosa, a la larga se cansará de hacer escenitas a favor de su hermanito querido.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi hermana

Es difícil cuando una mujer se casa y su hermana, que lleva varios años de novia aún no lo ha hecho, peor que eso, ni siquiera se ha mencionado. Pero tú estás con un pie en el altar. Es muy probable que surjan celos y que incluso ella llegue a sentir culpa por ello. Es probable también que comience a hablar mal de tu futuro esposo o que haga preguntas que generen tensión en cuanto a su pasado. Si son demasiadas las discusiones que se generan por este tema lo mejor es tratar de evitarlas y no involucrarla en los preparativos de la boda a menos que ella lo quiera. Es un momento duro, pero es mejor que se mantenga alejada por el momento, cuando todo pase ella es seguro que se acercará pues no querrá quedarse afuera.

lunes, 10 de agosto de 2009

Casarse

Tomar la decisión de casarse es uno de los actos más importantes en la vida, tanto de la mujer como del hombre, pero para ella suele transformarse en una de las más conflictivas y emocionante caja de sorpresas. Cuando todo parece ser perfecto y soñados, y es el momento en el que los malos tiempos no parecen significantes, nacen los contratiempos lógicos de trámites y modistas. A esto añadirle que la familia puede encargarse de pinchar el globo o aguar la fiesta antes de que esta comience. Como suele decirse cada casa es un mundo pero hay ciertos ejemplos que pueden identificar algunos casos, que ustedes mismas hayan vivido o que puedan llegar a protagonizar, de parientes en pie de guerra al son de la marcha nupcial.