La pureza y la luminosidad de la piel del rostro constituyen el secreto de la
belleza en una mujer. Os hablaremos detalladamente de los sistemas más adecuados para conocer los diversos tipos de piel, para cuidarla con regularidad y para mejorar su aspecto y aumentar su tersura.
La limpieza constituye la base de la estética. Si aprendéis a limpiaros bien, a conservar los poros abiertos, a conseguir que vuestro rostro respire, lograréis manteneros jóvenes durante mucho tiempo.
Debéis empezar a limpiaros y protegeros la piel desde la adolescencia. En efecto, para tener una cara joven a los cuarenta años es imprescindible empezar a cuidarla a los dieciséis. Hacia los veinte años se puede empezar a usar las cremas nutritivas y regeneradoras adecuadas a cada caso. A los treinta se habrán de efectuar curas periódicas dos o tres veces al año, sobre todo a la salida del verano y al comienzo de la primavera; y, a los cuarenta, estas curas o tratamientos estarán ya dirigidos a combatir las
arrugas.
Para terminar, recordad que la piel constituye siempre el espejó de nuestra salud. Por tanto, si queréis conservarla fresca y joven evitad los excesos, cuidad el buen funcionamiento del hígado y de los intestinos, no bebáis alcohol en exceso, fumad poco y seguid un régimen pobre en grasas.
Los productos destinados al cuidado de la piel son muy numerosos, por lo cual os será muy fácil elegir entre ellos los más adecuados a la vuestra. Es preciso que uséis con perseverancia los productos que hayáis elegido; tanto si os los aplicáis una sola vez al día como varias, no debéis interrumpir el tratamiento.
A continuación os damos la lista de los diferentes productos que fabrican las firmas más conocidas.
Leche limpiadora. Se emplea para la limpieza de la piel del rostro, en sustitución del jabón.
Crema limpiadora. Se utiliza para quitar todo rastro de maquillaje antes de proceder a la aplicación de uno nuevo, o bien, por la noche, antes de ir a la cama. Existe en varios tipos.
Tónico. Se usa para terminar bien la limpieza iniciada con la leche o la crema limpiadora; además sirve para activar la circulación sanguínea y tonificar los músculos de la cara. Existe el tónico en diversas especialidades o formas: para cutis graso (el alcohólico), para cutis normal, para cutis sensible. Se usa impregnando un algodoncito de tónico y pasándolo por toda la piel.
Crema nutritiva. Como norma general, la crema nutritiva se aplica por la noche después de bien limpia la piel con la leche o la crema limpiadora y el tónico. Actualmente están a la venta algunos tipos de cremas nutritivas que son poco grasas, son fácilmente absorbidas por la piel, y, por tanto, pueden tenerse sobre el rostro durante el día, mientras permanecéis en casa, dedicadas, por ejemplo, a las faenas diarias.
Crema hidratante. Es una crema que contiene sustancias que conservan la riqueza en linfa de las células de la piel. Esta crema se debe alternar con la crema nutritiva y aplicarse por la noche. Existe un tipo hidratante unido a la crema base del maquillaje, para pieles muy deshidratadas; en este caso la cantidad de crema a aplicar será muy reducida.
Crema protectora. La crema protectora es en realidad una crema base para sujetar o sostener los polvos o el compacto. Puede ponerse también sola, sin maquillaje sobre ella. Es fluida y se asimila perfectamente, no dejando huella.
Cremas purificantes. Son cremas especiales (al limón, al pepino, a la naranja, etc.) cuyo uso está indicado en pieles con granos, poros dilatados o barrillos.