Comience siempre con el ejercicio base y siga estos pasos:
1) Trate de aflojarse
la ropa lo más que pueda (si está en su casa, use ropas cómodas y muy flojas y amplias).
2) Relájese convenientemente, aflojando desde los pies a la cabeza todos los músculos.
3) Practique la técnica de respiración profunda indicada en otros ejercicios.
4) Trate de dejar su mente "en blanco".
5) Con la columna vertebral bien derecha y las manos sobre las piernas, concentre la atención en los dedos de los pies.
6) Advierta que una luz dorada y vitalizante, que brinda calor, energía, vigor, penetra por ellos.
7) La luz dorada cubre todo el tronco, le transmite paz interna y externa mientras produce un placentero calor utilizando diversas técnicas de respiración y de relajación.
8) El vigor sube por la espalda, por el interior de la columna vertebral, invade el pecho y nutre los hombros.
9) Una corriente de luz dorada baja por los brazos y se distribuye en las palmas de las manos hasta alcanzar —sin perder intensidad— los diez dedos.
10) En ese momento, pensamientos y sentimientos se encuentran iluminados por esa energía liberadora, por esa paz y felicidad que abarca todo el Ser interno.
11) Vaya reduciendo la intensidad de la luz dorada hasta que desaparezca y dé por concluido el ejercicio, abra los párpados lentamente. Con estos pasos usted podrá alejarse paulatinamente de las actitudes negativas y armonizar
el cuerpo y el espíritu.