LAS ENFERMEDADES VENÉREAS EN TIEMPOS DE GUERRA O DE REVOLUCIÓN
La frecuencia con que se observan los contagios de enfermedades venéreas presenta ciertas variaciones; en tiempos de guerra o revolución se difunde este tipo de enfermedades, pues a causa de las circunstancias anormales la vida sexual de muchos hombres y mujeres se desvía de su orden habitual.
CONSECUENCIAS DE LA INFECCIÓN VENÉREA
La gonococia, por lo general, es una enfermedad benigna y muy raras veces pone en peligro la vida de quien la padece. Asienta casi exclusivamente en el aparato genital, determinando lesiones que, a pesar de la curación, dejan daños irreparables en las vías urogenitales.
De ahí la importancia de la gonococia, ya que tanto en el hombre como en la mujer se producen obstrucciones de los conductos genitales capaces de provocar una esterilidad muchas veces permanente.
En la sífilis, en cambio, la gravedad se debe a que el germen pasa rápidamente a la sangre, difundiéndose así la infección por todo el organismo.
En la actualidad las enfermedades venéreas desencadenan lesiones menos graves que en otras épocas gracias a la existencia de medicamentos que combaten con eficacia tales infecciones. Por otra parte, y ello es fundamental, al acudir los enfermos rápidamente al médico se da comienzo al tratamiento mientras la enfermedad aún está poco extendida y no ha provocado lesiones graves en el organismo.
Esta opinión se funda en que hasta los seis años el niño se halla en la fase de exploración y conocimiento de su propio cuerpo; la operación de fimosis, practicada en tales momentos, puede representar para el niño un trauma psicológico. Y puesto que a esta altura de la existencia la fimosis no tiene importancia sexual ni funcional porque el niño no va a tener relaciones sexuales, es aconsejable que se retrase el momento de la pequeña intervención quirúrgica.
La frecuencia con que se observan los contagios de enfermedades venéreas presenta ciertas variaciones; en tiempos de guerra o revolución se difunde este tipo de enfermedades, pues a causa de las circunstancias anormales la vida sexual de muchos hombres y mujeres se desvía de su orden habitual.
CONSECUENCIAS DE LA INFECCIÓN VENÉREA
La gonococia, por lo general, es una enfermedad benigna y muy raras veces pone en peligro la vida de quien la padece. Asienta casi exclusivamente en el aparato genital, determinando lesiones que, a pesar de la curación, dejan daños irreparables en las vías urogenitales.
De ahí la importancia de la gonococia, ya que tanto en el hombre como en la mujer se producen obstrucciones de los conductos genitales capaces de provocar una esterilidad muchas veces permanente.
En la sífilis, en cambio, la gravedad se debe a que el germen pasa rápidamente a la sangre, difundiéndose así la infección por todo el organismo.
En la actualidad las enfermedades venéreas desencadenan lesiones menos graves que en otras épocas gracias a la existencia de medicamentos que combaten con eficacia tales infecciones. Por otra parte, y ello es fundamental, al acudir los enfermos rápidamente al médico se da comienzo al tratamiento mientras la enfermedad aún está poco extendida y no ha provocado lesiones graves en el organismo.
Esta opinión se funda en que hasta los seis años el niño se halla en la fase de exploración y conocimiento de su propio cuerpo; la operación de fimosis, practicada en tales momentos, puede representar para el niño un trauma psicológico. Y puesto que a esta altura de la existencia la fimosis no tiene importancia sexual ni funcional porque el niño no va a tener relaciones sexuales, es aconsejable que se retrase el momento de la pequeña intervención quirúrgica.