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domingo, 27 de marzo de 2011

Historia de la Pareja - El Casamiento


El casamiento: algunos cambios, los mismos intereses

Para la mujer, el matrimonio es su destino. Para el hombre, en cambio, llega a ser un proceso que le facilita su accionar. El marido da protección, sostén y paga impuestos. La mujer es compañera y madre, además de al-fabetizadora de sus hijos. El casamiento tiene la finalidad de la reproducción en un marco protegido. Sin embargo, éste es un tramo de grandes dificultades para las mujeres: cargan con mucha responsabilidad pero no gozan de independencia. De ellas dependen la fecundidad y la armonía familiar.

Los jurisconsultos establecen edades legales para casarse y los médicos preservan a las niñas de uniones prematuras o demasiado tardías. Se eleva el conocimiento de la práctica obstétrica y se conocen así los peligros de un embarazo para una adolescente apenas formada. A fines del Renacimiento, la sexualidad aparece como legítima y necesaria. Si se casa a la mujer sin su consentimiento, se es culpable a los ojos de la naturaleza.

La unión armoniosa de los sexos depende de un acuerdo físico y espiritual: ahora la jovencita no es soporte pasivo del varón y su volunt; Se le concede el derecho de participar en construcción de su destino. Obviamente, t to choca con una sociedad en la que las niñ son objeto de transacción, moneda de car bio de un poder económico y de un prestig social. De todas formas, se intenta luch, contra alianzas que sólo le dan prioridad a ambición social, sin tener en cuenta el entei dimiento afectivo y físico de los cónyuge: aunque todavía no se puede situar el ame como base de la pareja.

En esta etapa de la historia, un matrimo nio es un contrato que supone un intercam bio de bienes que caen bajo la óptica de marido. Los asuntos monetarios se antepo nen -si bien no como antes- a los deseos necesidades y naturaleza de las mujeres. Er el período anterior a la Reforma y al Concilio de Trento, el acto matrimonial no es un consentimiento y juramento de amor y fidelidad, sino un contrato seguido luego de un acto sexual. En un testamento de 1599, un padre le legó a su hija algunas ovejas y un marido. "A mi hija Majorie, le dejo LX ovejas y un marido y la concedo en matrimonio a Edward, hijo de Reynold Shajtoe." Contraer matrimonio por amor, sin tierras o bienes, es asegurarse una vida de sufrimiento.

Casi todos los maridos son mayores que sus esposas, lo que les permite combinar el papel de padre y esposo. Las ideas de los predicadores como las de los humanistas ubican a la mujer en el hogar, el silencio y la sencillez. Existen varios manuales de confesión y guías matrimoniales en los que se limitan las actividades sexuales. El acto sexual no debe practicarse frecuentemente; debe hacerse frente a frente, sin usar las manos o la boca, sin obscenidad ni desnudez visible, y sin insultos.
Sin embargo, casi todos los códigos morales le dan al marido el derecho de golpear a la mujer en "actitud de corrección". El adulterio es la manera más fácil (para los hombres) de disolver matrimonios; si bien entre las clases pobres, la causa más común de disolución es el abandono.

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