Como ya dijimos, muy lejos han quedado los tiempos en que los varones sólo compraban crema de afeitar, colonia y desodorante (éste último muchas veces reemplazado por el jabón común). La cosmética de hoy ha descubierto que los hombres pueden ser una parte muy interesante de su negocio, y hacia él han apuntado sus estrategias de marketing. Pero la cosa no acaba con los productos a través de los cuales los hombres mejoran (de manera significativa su apariencia general.
También, debemos destacar los distintos tratamientos que hacen que los varoñes se sientan verdaderamente bien.
Gimnasios: concurrir a un gimnasio ya dejó de ser una obligación o una rutina. Hoy es un verdadero placer en medio de un ambiente muy agradable, donde el hombre sólo debe dejar que profesionales de distintas disciplinas evalúen qué tipo de aparatos debe usar y con qué frecuencia. En poco tiempo se pueden modificar, de manera asombrosa, todas aquellas cosas que los cosméticos no pueden cambiar.
Dietas: el hombre que antes lucía su panza despreocupadamente, hoy lo hace con culpa y hasta un poco de vergüenza. La gordura del vientre -la más común entre varones- trae problemas graves como diabetes, hipertensión y ateroesclerosis. Y el hombre ha tomado conciencia de ello, por lo que el cuidado del cuerpo se ha transformado en una verdadera obsesión para algunos. Quizás, por este motivo, nunca como ahora cualquier hombre puede concurrir a un centro de nutrición y recibir, en pocos minutos, un elaborado programa de alimentación que contemple con exactitud su trabajo habitual, la cantidad de tiempo que dedica al ejercicio y sus hábitos alimenticios. Sin demasiados sacrificios, quien concurra a estos lugares sabrá con exactitud qué y cómo deberá comer para que en poco tiempo su imagen se aproxime más al ideal deseado.
Baños de vapor: que el relax transforma el rostro no es ninguna novedad. Hoy, en la mayoría de los gimnasios es posible disfrutar de un baño sauna, turco o finlandés. La acción de estos baños es tan amplia como beneficiosa, ya que inducen un efecto antitóxico a través del aumento del sudor, realizan una profunda e incomparable limpieza de la piel y proporcionan una increíble sensación de relajación y bienestar general. Estos baños preparan de manera ideal a la piel para la aplicación de cualquiera de los productos que hemos mencionado en este artículo. Frecuencia recomendada: 2 o más veces por semana.
Cama solar: tomada con absoluta moderación y bajo el control de un dermatólogo, el baño de rayos ultravioletas es un recurso efectivo para eliminar de la piel la palidez excesiva, nacida de horas y horas bajo los tubos fluorescen-. tes de la oficina. 5 sesiones de 15 minutos primero; y luego, una más semanal para mantenimiento, serán más que suficientes para que nuestra piel luzca un aspecto saludable. Por otra parte, la radiación ultravioleta induce en nuestro cuerpo la producción de vitamina D, necesaria para el organismo
También, debemos destacar los distintos tratamientos que hacen que los varoñes se sientan verdaderamente bien.
Gimnasios: concurrir a un gimnasio ya dejó de ser una obligación o una rutina. Hoy es un verdadero placer en medio de un ambiente muy agradable, donde el hombre sólo debe dejar que profesionales de distintas disciplinas evalúen qué tipo de aparatos debe usar y con qué frecuencia. En poco tiempo se pueden modificar, de manera asombrosa, todas aquellas cosas que los cosméticos no pueden cambiar.
Dietas: el hombre que antes lucía su panza despreocupadamente, hoy lo hace con culpa y hasta un poco de vergüenza. La gordura del vientre -la más común entre varones- trae problemas graves como diabetes, hipertensión y ateroesclerosis. Y el hombre ha tomado conciencia de ello, por lo que el cuidado del cuerpo se ha transformado en una verdadera obsesión para algunos. Quizás, por este motivo, nunca como ahora cualquier hombre puede concurrir a un centro de nutrición y recibir, en pocos minutos, un elaborado programa de alimentación que contemple con exactitud su trabajo habitual, la cantidad de tiempo que dedica al ejercicio y sus hábitos alimenticios. Sin demasiados sacrificios, quien concurra a estos lugares sabrá con exactitud qué y cómo deberá comer para que en poco tiempo su imagen se aproxime más al ideal deseado.
Baños de vapor: que el relax transforma el rostro no es ninguna novedad. Hoy, en la mayoría de los gimnasios es posible disfrutar de un baño sauna, turco o finlandés. La acción de estos baños es tan amplia como beneficiosa, ya que inducen un efecto antitóxico a través del aumento del sudor, realizan una profunda e incomparable limpieza de la piel y proporcionan una increíble sensación de relajación y bienestar general. Estos baños preparan de manera ideal a la piel para la aplicación de cualquiera de los productos que hemos mencionado en este artículo. Frecuencia recomendada: 2 o más veces por semana.
Cama solar: tomada con absoluta moderación y bajo el control de un dermatólogo, el baño de rayos ultravioletas es un recurso efectivo para eliminar de la piel la palidez excesiva, nacida de horas y horas bajo los tubos fluorescen-. tes de la oficina. 5 sesiones de 15 minutos primero; y luego, una más semanal para mantenimiento, serán más que suficientes para que nuestra piel luzca un aspecto saludable. Por otra parte, la radiación ultravioleta induce en nuestro cuerpo la producción de vitamina D, necesaria para el organismo