Casi todas las actividades cotidianas, hasta las más simples, necesitan del magnesio. Este mineral participa en todas las reacciones químicas donde se requiere energía, interviene en el proceso neuronal y en la contracción y relajación musculares. Además, es Indispensable para la salud de los huesos y el corazón.
Por ejemplo, el magnesio es un socio indispensable para casi todos los procesos de las células. Además, es utilizado por la electricidad del sistema nervioso que interco-necta las células. Si hay un desnivel de magnesio puede haber una so-breestimulación o una falta de respuesta de la célula. Por eso, la falta de magnesio produce arritmias cardíacas, porque es necesario tanto para contraer el músculo como para recibir el estímulo eléctrico que lo impulsa a latir.
Dos tercios de la cantidad de magnesio del cuerpo está en los huesos, pero cuando no se ingiere la dosis suficiente, el organismo lo extrae de los músculos. Esa es la razón de los calambres y el dolor muscular.
Además, la carencia de magnesio incide negativamente en condiciones como diabetes, migraña, alteraciones del riesgo cardiaco, enfermedades coronarias, hipertensión arterial y síndrome premenstrual. Por otra parte, tiene un rol importante en el tratamiento de la osteoporosis. Los tratamientos con calcio y vitamina D pueden fallar, ya que la falta de magnesio hace que el calcio no entre en los huesos.
El requerimiento diario es de 300 a 400 miligramos de magnesio para los adultos y de 100 a 400 miligramos para los chicos, aunque depende mucho de la actividad que realice esa persona y de su capacidad para eliminarlo. Algunas personas pierden mucho magnesio mediante la orina, en tanto que los deportistas tienen un desgaste físico que demandamayor cantidad de esta sustancia.
Las principales fuentes de magnesio son el germen de trigo, azúcar negra, mariscos, almendras, nueces, semillas de soja y sésamo, higos secos, maní y vegetales de hojas verdes crudos. También puede ingerirse en forma de suplemento sólo bajo supervisión médica.
Asimismo, la actividad física favorece la retención de magnesio, ya que los músculos vigorosos estimulan los huesos para la captación. Las personas más propensas a sufrir falta de magnesio son quienes entrenan más de 3 horas diarias, toman diuréticos en forma habitual, sufren fracturas con facilidad, son diabéticas o no llevan una dieta equilibrada.
En cambio, las personas con insuficiencia renal crónica son unos de los pocos casos de exceso de magnesio.