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miércoles, 20 de abril de 2011

Problemas en la sexualidad


Como hecho básico debemos saber que en los casos de auténtica excitación sexual, estos síntomas -taquicardia, sudoración, tensión muscular, etc.- se instalan cuando el hombre está en la cama con la persona amada y no se confunden con los síntomas propios de la excitación (ansiedad) que aparece antes de ir a la cama.

En los eyaculadores precoces, el comienzo de estos síntomas es brusco; en quienes están excitados sexualmente sin ansiedad, en cambio, el comienzo es habitualmente creciente y estas personas sólo llegan a su apogeo en el momento del orgasmo.

Es fundamental aclarar que las personas con eyaculación precoz y con estos síntomas, producto de la fantasía anticipatoria y del fracaso, deben prestar especial atención a la aparición de taquicardia, sudoración, etcétera, y no confundir su ansiedad con excitación sexual.

En caso de duda o cuando se está seguro de que los síntomas son producto de la ansiedad, es aconsejable detener la acción sexual, disfrutar más de la mirada y de las caricias (por ejemplo, a través de un masaje no sexual), que seguir en una situación que, a causa de su confusión, impedirá el control de la eyaculación.

Por otra parte, sus compañeras deben saber también cuál es el propósito de frenar la crisis ansiosa, de modo de poder colaborar y garantizar así que el coito vaginal se efectúe con más seguridad.

martes, 19 de abril de 2011

La teoría ovista


En el siglo XVI, los especialistas piensan la generación como resultado de tres elementos: el semen masculino, el femenino y la sangre menstrual. Se instala un desfasaje entre los descubrimientos de la ciencia y los conocimientos vulgares.

Hay que tener en cuenta que es a fines del siglo XVII cuando la investigación científica conoce gran e-fervescencia.

Una gran renovación la constituye el Nuevo tratado de los órganos genitales de Regnier de Graaf, quien en 1672 da forma a la teoría ovista (descubrimiento del óvulo) que reemplaza a la teoría seminista.

A través de ella, se llega a la conclusión de que todos los hombres tendrían un origen en el huevo, un huevo que existe antes del coito en los ovarios de la mujer. Hasta el descubrimiento de los espermatozoides, el hombre pierde un poco su privilegio creador. Todo esto provoca un cambio en la actitud del médico ante la mujer generadora de vida.

La madre cuenta en la construcción del embrión y esto lleva a un estudio de las leyes de la herencia. La fecundación aparece así como un combate entre dos sémenes (masculino y femenino) en el útero, y este combate, cuando se torna incierto, daría origen al hermafrodita, quien lleva en sí mismo la polémica de la doble sexualidad.

lunes, 18 de abril de 2011

Errores graves con Anticonceptivos


ERRORES GRAVES DE LA ANTICONCEPCION

• El coito interrupto no es un método anticonceptivo, tampoco evita la transmisión de enfermedades sexuales. Antes de la eyacu-lación, durante el coito, se eliminan gotitas de semen con gran concentración de espermatozoides, de los mejores y más capacitados. Esta manera de tratar de prevenir el embarazo crea problemas a la pareja y, por separado, al hombre yala mujer (dificultades serias de erección y eyaculación, congestión pelviana crónica, dolores en las relaciones sexuales y dificultad en el orgasmo).

Durante la lactancia es importante seguir los consejos del LAM (Método de amenorrea por lactancia). Sólo hay posibilidad de que éste no ocurra durante los primeros seis meses después del parto, siempre y cuando la lactancia sea "a demanda", "exclusiva" (sin el complemento de mamaderas) y no se haya presentado la menstruación. Existen pastillas anticonceptivas especiales para el período de lactancia.

• Los lavados vaginales están proscriptos. Una ducha vaginal causa un daño similar al que surgiría al lavarse la garganta con un cepillo de dientes -algo que no se le ocurriría hacer a nadie-. Como método de control de la natalidad no sirven: poco segundos después de la eyaculación ya hay suficientes espermatozoides almacenados en los pliegues del cuello uterino como para producir varios embarazos.

domingo, 17 de abril de 2011

La maternidad como destino


Casi todas las mujeres del Renacimiento tienen un fin: la maternidad. El dar a luz y amamantar ocupan su vida. Las diferencias sociales se ven reflejadas en los embarazos; al no dar de mamar las ricas se embarazan más seguido, ya que durante el período de lactancia disminuye la fertilidad.

La mujer de las clases sociales más bajas es nodriza de los bebés de las de posición más elevada. La primera es condenada a la "lactancia perpetua"; la segunda al "embarazo perpetuo". Dice Martín Lutero: "Aunque se agoten y al final mueran de tanto parir, no importa, para eso existen". Vale la pena tomar algún ejemplo: Florentina Antonia Masi, muerta en 1459, a los 59 años, tuvo 36 hijos.

El parto es algo muy temido. Erasmo señala: "¿Cuál mujer se acercaría a un hombre si conociese y tuviese en mente los azarosos trabajos del parto y las desazones de criar los hijos?". Las mujeres que sobreviven al hecho de dar a luz, a menudo ven morir a sus hijos debido a la inmundicia y a la mala alimentación.

Sólo entre un 20 y un 50 por ciento de los niños sobrevive a la infancia. Muchos mueren a causa de la furia de sus padres y del abandono. El infanticidio es común y castigado. El abandono de los hijos parece ser una marca de la Edad Media. A medida que se afirma la familia monógama moderna, los hijos ilegítimos y sirvientes van siendo excluidos del núcleo.

Es costumbre de las clases altas entregar niños a madres adoptivas; los varones tienen más suerte, ya que concebir niñas es considerado una desgracia.

sábado, 16 de abril de 2011

Sexualidad - ¿exitación o ansiedad?


¿Excitación sexual o ansiedad?

Todas las personas tienen, en situaciones sexuales diferentes, sensaciones corporales difíciles de discriminar, que se confunden entre las propias de la excitación sexual y las que pertenecen al terreno de los llamados trastornos de ansiedad.

Por ejemplo, la taquicardia, propia de la excitación sexual, puede ser leída también como muestra de un proceso ansioso. Lo mismo puede suceder con la tensión muscular, la transpiración, la respiración acelerada, etc. Todas estas manifestaciones pertenecen tanto al campo de la excitación sexual como al de la excesiva ansiedad.

Sabemos que uno de los componentes básicos de quienes padecen eyaculación precoz es su exceso de manifestaciones ansiosas. Por lo tanto, es conveniente saber distinguir cuándo estos síntomas responden a su excitación sexual auténtica y cuándo son producto de la excesiva ansiedad. Reconocer esto hará mucho más fácil su manejo en la situación sexual de pareja.

viernes, 15 de abril de 2011

Historia de la Mujer - discurso médico


La mujer y el discurso médico

La apelación al discurso médico es una constante para analizar lo femenino. En el siglo XVI hay un interés fuerte por la revisión de este tipo de textos (Hipócrates, Galeno).

Se multiplican las disecciones de mujeres en los anfiteatros de las facultades y hay un espíritu caritativo que quiere ayudar las en sus afecciones, con el consiguiente beneficio de la ginecología y la obstetricia.

La mujer va a ser definida en función del órgano que le da sentido: el útero. Ahora, "la sensibilidad del útero sustituye al temperamento húmedo para explicar su inferioridad". Ella es un ser enfermizo al que hay que tratar de aliviar para que no se rebele en su condición. Inclusive se le atribuyen a este órgano sentimientos y comportamientos.

El discurso médico se debate entre las carencias de la anatomía, las imprecisiones del lenguaje y los fantasmas a que da lugar el mito del sexo devorador. La definición de la histeria es de por sí llamativa: "enfermedad de las mujeres sin hombre". En ese momento, los médicos no pueden dar cuenta de que ataca por igual al sexo masculino.

jueves, 14 de abril de 2011

Los Anticonceptivos en la Pareja


Cortan la espontaneidad

Quienes no tienen una pareja estable, confiable, sana y segura, deberán echar a mano a otras alternativas. En esos casos, debe privilegiarse un método de barrera que impida el posible contagio de una enfermedad sexualmente transmisible. Muchos hombres y mujeres rechazan o prefieren evitar el uso de preservativos. Argumentan su menor seguridad en el plano anticonceptivo y se quejan de que son incómodos y restan espontaneidad.

Este rechazo se debe, en general, al hecho de que requieren "premeditación". Un atavismo ancestral quizás actúe a nivel inconsciente y cree conflictos en las personas que no están totalmente convencidas de la licitud del sexo sin fines reproductivos.

Es poco probable que un determinado anticonceptivo pueda distorsionar las relaciones sexuales de la pareja.

La cultura asigna a los rituales del hombre connotaciones antinaturales. Por ejemplo, la ropa oculta el cuerpo e impide la satisfacción inmediata del deseo sexual. Por eso suele ero-tizarse el simple acto de desvestirse, convirtiéndolo en un estímulo sexual.

Deben modificarse los prejuicios hacia algunos métodos anticonceptivos. En lugar de vivir la colocación del preservativo como un hecho incómodo, que interrumpe el juego amoroso, hay que incluir este acto dentro de los rituales sexuales y aprender a disfrutarlo.

Muchos hombres esgrimen la excusa de que les resta sensibilidad. Esto -que puede ser cierto en determinados casos-es de mínima importancia, ya que sólo puede ocurrir al comienzo de su uso. Poco a poco, las terminaciones nerviosas del pene se acostumbran a traspasar la "barrera" del látex, ignorando su existencia. Algo similar a lo que les ocurre a los cirujanos: si no adquiriesen una sensibilidad creciente en las extremidades de los dedos, nunca lograrían operar correctamente utilizando guantes de látex.

A veces, la mala disposicón previa actúa en forma negativa y malogra la experiencia sexual.

miércoles, 13 de abril de 2011

El lenguaje del Amor


Cada uno de nosotros utiliza para comunicarse sexualmente con los demás todo un lenguaje de palabras, miradas, signos y gestos que revelan lo que sentimos, deseamos y rechazamos. Esos códigos varían de una cultura a otra y de una persona a otra.

El lenguaje amoroso usado dentro de las situaciones sexuales es variado.

De manera que las caricias en los pechos y en el pene hacen a la riqueza de la comunicación. Nuestros cuerpos son como mapas. En él existen, como en una lámina de estudio, varias flechas que marcan sobre su cartografía las zonas erógenas culturalmente reconocidas.

No son puntos arbitrarios: coinciden con lugares de gran concentración de terminaciones nerviosas, cuya inervación les concede una especial sensibilidad por lo que pueden responder a una estimulación adecuada. La punta de los pezones y el clítoris en la anatomía femenina, y el pene y aun las tetillas en la masculina entran en esta clasificación.

Pero, ¿toda estimulación de los pechos femeninos es placentera? A veces no. Una diferencia de milímetros, una presión excesiva o la falta de ganas de recibirla modifican la respuesta. Cada uno debe realizar el descubrimiento necesario sobre el "mapa" de su compañero o compañera. Una auténtica travesía para enriquecer la sensibilidad.

Por otra parte, hay que recordar que no todos los días se alcanzan las mismas sensaciones. Ni se obtienen por vía rutinaria o encuentros sin imaginación. Quizás el pelo, la nuca, los pies, los brazos y todo el resto de la superficie corporal estén a la espera de ser visitados. Toda nuestra piel es como un guante que nos cubre y ella es nuestro gran órgano sexual.

Cuando existe confianza y comunicación en la pareja, las posibilidades de placer aumentan. Es importante que leas un libro de Alex Comfort: "La alegría del sexo". Te ayudará en tu vida sexual presente y futura.

martes, 12 de abril de 2011

Historia de la Belleza femenina


Nuevos cánones de belleza

En el período moderno, la belleza de la mujer cambia sus cánones: pasa de lo esbelto a lo relleno: de lo sencillo al maquillaje. Se modifican los hábitos de comida y la delgadez se transforma en símbolo de pobreza.

Las mujeres de clase alta quieren distinguirse de sus hermanas subalimentadas, enfermas de raquitismo y escorbuto. También comienzan a plantearse diferencias, ya que no sólo hay que diferenciarse de los hombres sino de otras mujeres de clase social inferior.

La modernidad viene así acompañada de la belleza, y este canon se mantiene 300 años: piel blanca, pelo rubio, labios y mejillas rojos, cejas negras, cuello y manos largos y finos, pies pequeños, pechos firmes, redondos y blancos. Las pestañas son vistas sin valor estético, por lo que se las ignora y, a veces, se las arranca del todo. Con la imprenta (mediados del siglo XV), aparecen en Europa libros de secretos de belleza, escritos en general por hombres. El pintarse no está totalmente aprobado, sin embargo, las mujeres insisten en embellecerse.

A las que se pintan se las acusa de alterar el rostro de Dios, lo que esconde el temor masculino al engaño. El siglo XVIII tratará de poner fin al artificio del maquillaje imponiendo la estética de lo natural.

La mujer se oculta, pese a que muestra los pechos lechosos, embellecidos con polvo o colorete. Debe ser delicada para oponerse á la virilidad del hombre. A diferencia de la Edad Media, la belleza no es vista como algo maligno sino necesario. La fealdad se asocia con el vicio y lo inferior.

Entre los años 1500 y 1700 se produce un resurgimiento de la castidad y la timidez. Por ejemplo, para dormir, el camisón reemplaza al desnudo y la mitad inferior del cuerpo se convierte en algo innombrable y prohibido (en la pintura, esa zona aparece cubierta por hojas de higuera o de parra).

lunes, 11 de abril de 2011

Anticonceptivos - Anticonceptivos de barrera


La introducción de los anticonceptivos orales (pildoras) y de los dispositivos intrauterinos (DIU) modificó el espectro de las posibilidades en anticoncepción.

Son métodos altamente confiables, con baja incidencia de fracasos (embarazos), relativamente sencillos de utilizar, y permiten la libertad sexual a lo largo del ciclo menstrual (algo muy apreciado, ya que a veces los días fértiles suelen coincidir con los pocos días en los que hay clima propicio y tiempo suficiente para hacer el amor).

Ambos tienen, sin embargo, algunas contraindicaciones y es difícil que sean empleados por una pareja en forma constante a lo largo de toda la vida fértil. Además, en el puerperio o la lactancia se deben tomar medidas anticonceptivas diferentes.

Anticonceptivos de barrera
En las épocas de transición (cuando no hay una pareja estable), debe preferirse el preservativo, combinado idealmente con cremas, esponjas u óvulos espermaticidas. Si se emplea adecuadamente puede considerarse como seguro.

A los fines estrictos de la prevención de enfermedades sexual mente transmisibles, sólo el preservativo es relevante desde el punto de vista científico.

El diafragma vaginal, complementado con cremas esper-micidas, tiene un índice de fracaso similar al preservativo.