A fin de poder decidir la más adecuada fórmula para el tocado, cuando se ha de asistir a una cena de etiqueta, será preciso distinguir entre una cena en casa o en un círculo particular, y una cena en el restaurante.
Para la cena en casa será conveniente saber si se trata de una cena fría, de acuerdo con ciertas costumbres americanas ahora muy difundidas, o una cena clásica, con los comensales sentados a la mesa. Consideremos, pues, uno y otro caso.
La invitación a una cena de etiqueta se hace por teléfono, si el número de invitados es limitado, o bien por medio de una cartulina impresa. En el primer caso, si se tiene confianza con la dueña de la casa podremos solicitarle información acerca del arreglo personal, ya que ella dirá, muy probablemente, cómo piensa ir vestida, lo cual podrá servirnos de orientación, pues, según las normas, un ama de casa debe vestir siempre muy elegante, pero con vestidos poco extremados, a fin de no desairar a la que se presente con vestidos demasiado modestos.
Si recibís la invitación impresa y en ella los dueños de la casa han hecho estampar la fórmula «traje oscuro», se puede deducir que las señoras deberán ir vestidas de noche. Si no se ha escrito nada, telefonearemos para informarnos o bien nos decidiremos por un tipo de vestido muy elegante, aunque no específicamente de noche.
Para la cena con vestido de noche se podrá escoger uno largo o uno corto, o bien una de las modernas soluciones de pantalón con casaca o camisa. Este último es, indudablemente, más adecuado para una cena fría que para una clásica.
El vestido largo, que es el preferido por las señoras, podrá ser muy lineal, de corte perfecto, y no deberá ir inútilmente recargado, pues resultaría incómodo y embarazoso en la mesa. En compensación, se podrán utilizar tejidos ricos y de fantasía en el color más actual. Se podrá usar el cady pesado, el crespón de lana o la seda, según la estación, y la faya, el terciopelo, o el raso opaco, en un solo color o en fantasía. Deberán evitarse los vestidos con la cintura estrecha (pues sentados a la mesa, y sobre todo al comer, son verdaderamente incómodos) con la falda excesivamente amplia o con las mangas largas de puños flotantes.
Para la cena en casa será conveniente saber si se trata de una cena fría, de acuerdo con ciertas costumbres americanas ahora muy difundidas, o una cena clásica, con los comensales sentados a la mesa. Consideremos, pues, uno y otro caso.
La invitación a una cena de etiqueta se hace por teléfono, si el número de invitados es limitado, o bien por medio de una cartulina impresa. En el primer caso, si se tiene confianza con la dueña de la casa podremos solicitarle información acerca del arreglo personal, ya que ella dirá, muy probablemente, cómo piensa ir vestida, lo cual podrá servirnos de orientación, pues, según las normas, un ama de casa debe vestir siempre muy elegante, pero con vestidos poco extremados, a fin de no desairar a la que se presente con vestidos demasiado modestos.
Si recibís la invitación impresa y en ella los dueños de la casa han hecho estampar la fórmula «traje oscuro», se puede deducir que las señoras deberán ir vestidas de noche. Si no se ha escrito nada, telefonearemos para informarnos o bien nos decidiremos por un tipo de vestido muy elegante, aunque no específicamente de noche.
Para la cena con vestido de noche se podrá escoger uno largo o uno corto, o bien una de las modernas soluciones de pantalón con casaca o camisa. Este último es, indudablemente, más adecuado para una cena fría que para una clásica.
El vestido largo, que es el preferido por las señoras, podrá ser muy lineal, de corte perfecto, y no deberá ir inútilmente recargado, pues resultaría incómodo y embarazoso en la mesa. En compensación, se podrán utilizar tejidos ricos y de fantasía en el color más actual. Se podrá usar el cady pesado, el crespón de lana o la seda, según la estación, y la faya, el terciopelo, o el raso opaco, en un solo color o en fantasía. Deberán evitarse los vestidos con la cintura estrecha (pues sentados a la mesa, y sobre todo al comer, son verdaderamente incómodos) con la falda excesivamente amplia o con las mangas largas de puños flotantes.