El equipo perfecto de moda

Si su agenda mes incluye sólo una o dos fiestas, vamos a decir ahora: Tienes esa cosa en la bolsa. Un vestido de diversión, algunos adornos brillantes, un embrague, tacones y ¡bingo! Outfit logrado. Pero, si usted es una mariposa social con el partido de una docena de invitaciones, el vestido perfecto sólo puede tener la repetición lleva muchos antes de que empiece a sentir un poco meh.

Ahora, no se desanime - que nunca sugeriría saltarse una soirée buena (especialmente si hay burbujas en cuestión), tan claramente, la respuesta radica en una planificación estratégica de conjunto. Con la ayuda de algunos bloggers extra-estilo, os mostramos cómo llevarlo a cabo dos looks vacacionales nada-pero-ordinarios que va a trabajar en todos los entornos. Así que, sí, seguir adelante y confirmar su asistencia "sí" a algunas más veces, tienes esto!

Blogger Nife O. de Skinny Hipster ha dominado el combo aerodinámico y pulido con sus pantalones elegantes impresos y de-la-momento cumbre peplum. Ella mantiene su aspecto general simple - pero efectivo - con un solo patrón, algunas joyas de instrucciones y un poco de colorblocking. El veredicto? Una mirada insta-clásico para una fiesta de oficina o directamente-de-trabajo happy hour.

Arriba, de izquierda a derecha: J. Crew recortada lana Impreso y pantalones de mezcla de seda, $ 136,80, disponible en Net-A-Porter; Topshop Zip sin mangas Peplum, $ 36, disponible en Topshop, ASOS cadena abierta Enlace Collar, $ 21.11, disponible en ASOS, Diane von Furstenberg Judith Peep-toe Colorblock Bootie, $ 186, disponibles en Neiman Marcus, Forever 21 Pulsera Rhinestone rectangular, $ 14.80, disponible en Forever 21.

La mejor manera de estar cómodo y con clase? Elija una pieza importante declaración - en este caso, un chaleco de piel sintética - y completar tu look con grapas intemporales, como un clásico LBD, una cartera de cuero, y las bombas elegantes. SE ESCUCHE You Be escriba Krystin Hargrove hace todo lo anterior, inventando un aspecto festivo-chic que funciona, incluso para los más clásicos veladas de temporada.

Arriba, de izquierda a derecha: Chaleco DKNY franela gris Faux Fur, $ 400, disponible en Stylebop, H & M Dress, $ 24.95, disponible en H &M; señorita KL Delgado Correa de cuero, $ 8, disponible en Miss KL, Bar Chuchería Cuff Bisagra Oro, $ 28, disponible en Bar chuchería, Sam Edelman Pryce bomba, $ 199,95, disponible en Nordstrom, Bowling Bag Zara Soft, $ 49.90, disponible en Zara.

Alargue las mangas y recicle prendas en desuso

Con el simple detalle de alargar o cambiar las mangas de una camisa vieja puede crearse una prenda nueva para combinar con sus faldas y pantalones de invierno.

Para esto deberá conseguir un par de retazos de la misma tela que el resto de la prenda o, a lo
sumo, de otra de un tono que  combine. Una vez que la tenga, descosa un puño, extiéndalo y, sobre un papel, haga un molde respetando su mismaforma. Luego, agregue de cada lado (en alto) los centímetros que necesita para alargarlo; por ejemplo, si el puño originariamente tenía 4 cm y usted necesita uno de 7 cm, súmele 3 cm de cada lado a los 8 cm del puño extendido.

Después, traslade el molde del papel al nuevo retazo de tela, recórtelo, forme el puño y hágale los pespuntes. En vez de un solo ojal (como el que tenía en principio cada puño de la prenda) bórdele dos o tres, según el largo que haya quedado del nuevo puño y cosa sus respectivos botones. Cósalo a la camisa y haga lo mismo con el otro puño.

En el caso de que haya usado otra tela diferente al motivo del género para hacer los puños, puede forrar también el cuello con la misma. De esta manera disimulará, con éxito, el arreglo.

El buen gusto de La Mujer

Hablamos muy a menudo del buen gusto, y no nos acordamos de que tal concepto es relativamente moderno. El buen gusto arraiga en una sociedad que confiere a la relación social su máximo valor. El hombre ha vivido siempre en sociedad, pero durante la mayor parte de su historia las relaciones sociales se han hallado estructuradas por encima de las decisiones personales.

En los pueblos antiguos, en la cambiante Edad Media, los hombres, desde su nacimiento, tuvieron un lugar establecido en la escala social. Este lugar vasallo o señor, siervo o dueño—, implicaba unos deberes y derechos, un comportamiento y, naturalmente, una indumentaria. La indumentaria expresaba tanto como las actitudes a qué estrato de la sociedad pertenecía el individuo, y a pesar de que con la nueva sociedad mercantil el lujo penetró en Occidente, los elementos esenciales de la indumentaria no cambiaban.

Los hombres y las mujeres eran dueños de un vestido o de una capa, del mismo modo que podían serlo de un mueble o de un pedazo de tierra. Cuanto más lujosa era una prenda tanto más duraba, tanto más era digna de ser heredada. Los vestidos, pues, pasaban de padres a hijos y eran la orgullosa expresión de un gremio o de una clase.

Los hombres podían escoger dentro de un límite muy estricto, porque hasta los colores eran significativos. La indumentaria podía ser rica y bella, pero jamás determinante de un capricho o de un gusto particular. El traje caro, heredado o comprado, aparecía y reaparecía en los momentos oportunos, del mismo modo que en la actualidad un magnate de la industria se muestra en público con su coche particular.

En los inicios del Renacimiento el lujo despliega una orgía de colores. El gusto se complica y sus valores son la suntuosidad y la riqueza: telas preciosas, damascos, terciopelos, pieles, brocados, amplios escotes, acuchillados, refajos amplios y orlados. Las joyas subrayaban el esplendor de telas y encajes.

En los siglos venideros se acentúa cada vez más la diferencia fundamental entre las clases, y, naturalmente, las posibilidades económicas de las clases. La dominante aumenta su suntuosidad, añadiendo la peluca a las demás riquezas. La peluca será otro determinante de la clase social.

Pero después de las grandes revoluciones sociales el vestido se democratiza. Desde luego, existen elementos distintivos de clase. Persisten los uniformes de trabajo, y ciertos elementos de lujo, como el sombrero, los zapatos y la riqueza de telas y joyas, determinan la clase rectora.

Pero el traje deja de ser distintivo propio de una clase, y el lujo creciente de la sociedad industrial hace cada vez más cambiante la moda, y las variaciones limitan hasta cierto punto el lujo antiguo. El color deja de ser signo de suntuosidad, y un hecho tan sencillo como la industrialización del algodón pintado con trepa, que se llamaba indianas —lo que más adelante se llamó cretonas— pone los colorines al alcance de todo el mundo.

Ropa para Cena de Etiqueta

A fin de poder decidir la más adecuada fórmula para el tocado, cuando se ha de asistir a una cena de etiqueta, será preciso distinguir entre una cena en casa o en un círculo particular, y una cena en el restaurante.

Para la cena en casa será conveniente saber si se trata de una cena fría, de acuerdo con ciertas costumbres americanas ahora muy difundidas, o una cena clásica, con los comensales sentados a la mesa. Consideremos, pues, uno y otro caso.

La invitación a una cena de etiqueta se hace por teléfono, si el número de invitados es limitado, o bien por medio de una cartulina impresa. En el primer caso, si se tiene confianza con la dueña de la casa podremos solicitarle información acerca del arreglo personal, ya que ella dirá, muy probablemente, cómo piensa ir vestida, lo cual podrá servirnos de orientación, pues, según las normas, un ama de casa debe vestir siempre muy elegante, pero con vestidos poco extremados, a fin de no desairar a la que se presente con vestidos demasiado modestos.

Si recibís la invitación impresa y en ella los dueños de la casa han hecho estampar la fórmula «traje oscuro», se puede deducir que las señoras deberán ir vestidas de noche. Si no se ha escrito nada, telefonearemos para informarnos o bien nos decidiremos por un tipo de vestido muy elegante, aunque no específicamente de noche.

Para la cena con vestido de noche se podrá escoger uno largo o uno corto, o bien una de las modernas soluciones de pantalón con casaca o camisa. Este último es, indudablemente, más adecuado para una cena fría que para una clásica.

El vestido largo, que es el preferido por las señoras, podrá ser muy lineal, de corte perfecto, y no deberá ir inútilmente recargado, pues resultaría incómodo y embarazoso en la mesa. En compensación, se podrán utilizar tejidos ricos y de fantasía en el color más actual. Se podrá usar el cady pesado, el crespón de lana o la seda, según la estación, y la faya, el terciopelo, o el raso opaco, en un solo color o en fantasía. Deberán evitarse los vestidos con la cintura estrecha (pues sentados a la mesa, y sobre todo al comer, son verdaderamente incómodos) con la falda excesivamente amplia o con las mangas largas de puños flotantes.

Moda con lentejuelas

Al brillo de las lentejuelas

Elija el color de las lentejuelas y de las cuentas de acrílico con las que le dará un plus de elegancia y distinción a su top. Preferiblemente que sean de un color contrastante al de látela para que este detalle nunca pase inadvertido.

Ahora, forme una hilera en la que se intercale una lentejuela con una cuenta y cósala al ruedo de la prenda. En instantes, un cambio radical.

Un mix de lentejuelas, mostacillas e incluso pequeños cristales y strass pueden salpicarse sobre prendas de géneros ultra livianos sin más gracia que su misma tela.

Siguiendo este mismo concepto, otra opción es apostar a una combinación desordenada o a un aíseño algo más elaborado y trabajado artesanal-mente. Si no está muy canchera con las agujas, conviene que se incline por la primera de las opciones.

Moda - bolsillos bonitos

BOLSILLOS BONITOS

"Para que no se escapen hilachas en las esquinas, por el lado del revés se coloca una tira de fliselina adhesiva, sobre la marca a cortar, de más o menos 4 cm de ancho y un poco más largo del tamaño del bolsillo.

Esto fijará totalmente látela, y los cortes oblicuos de las esquinas no se deshilachan."