¿El trabajo los está distanciando?
Si casi no se ven y hay poco diálogo, es la hora de reflexionar.
Tal vez en esta etapa su pareja está haciendo carrera en la empresa en que trabaja y lo primero que tuvo que sacrificar son los horarios. Por consiguiente se va muy temprano por la mañana y usted nunca sabe cuándo vuelve.
También es posible que por la situación económica, deba trabajar más horas para progresar en un negocio o en su carrera.
Lo cierto es que cuando trata de contarle cómo resolvió un problema descubre que él ni siquiera sabe que lo tenía. Ahí toma conciencia de que cada vez se ven menos y casi no hablan de sus cosas. Es que cuando él llega por la noche, suele estar tan cansado que no quiere ni oír hablar de problemas y en general se enchufa con el televisor o está irritado y de mal humor.
Hay circunstancias, como por ejemplo cuando el marido se queda sin trabajo, en que es la mujer la que debe hacer el esfuerzo extra y salir a trabajar. También es posible que usted ya tenga un trabajo fuera de casa y ambiciones laborales o profesionales que le exigen muchas horas. Es bastante común que, entre los 30 y 40 años, tanto hombres como mujeres inviertan el mayor esfuerzo en afirmarse o crecer en los proyectos personales.
El problema es que, a veces, esto influye negativamente en la relación de pareja: se ven muy poco y se van alejando, o cuando se encuentran están demasiado cansados para charlar y compartir cosas. Si hay hijos la situación se agrava, porque ellos también tienen exigencias y necesitan que papá y mamá les dediquen tiempo. Si la situación le resulta conocida, tal vez sea el momento de parar y replantearse horarios menos exigentes, o en casos límite, optar por la pareja o por el trabajo.
Si casi no se ven y hay poco diálogo, es la hora de reflexionar.
Tal vez en esta etapa su pareja está haciendo carrera en la empresa en que trabaja y lo primero que tuvo que sacrificar son los horarios. Por consiguiente se va muy temprano por la mañana y usted nunca sabe cuándo vuelve.
También es posible que por la situación económica, deba trabajar más horas para progresar en un negocio o en su carrera.
Lo cierto es que cuando trata de contarle cómo resolvió un problema descubre que él ni siquiera sabe que lo tenía. Ahí toma conciencia de que cada vez se ven menos y casi no hablan de sus cosas. Es que cuando él llega por la noche, suele estar tan cansado que no quiere ni oír hablar de problemas y en general se enchufa con el televisor o está irritado y de mal humor.
Hay circunstancias, como por ejemplo cuando el marido se queda sin trabajo, en que es la mujer la que debe hacer el esfuerzo extra y salir a trabajar. También es posible que usted ya tenga un trabajo fuera de casa y ambiciones laborales o profesionales que le exigen muchas horas. Es bastante común que, entre los 30 y 40 años, tanto hombres como mujeres inviertan el mayor esfuerzo en afirmarse o crecer en los proyectos personales.
El problema es que, a veces, esto influye negativamente en la relación de pareja: se ven muy poco y se van alejando, o cuando se encuentran están demasiado cansados para charlar y compartir cosas. Si hay hijos la situación se agrava, porque ellos también tienen exigencias y necesitan que papá y mamá les dediquen tiempo. Si la situación le resulta conocida, tal vez sea el momento de parar y replantearse horarios menos exigentes, o en casos límite, optar por la pareja o por el trabajo.
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