Tratarlas a tiempo es fundamental
Una cosa está clara: una vez que las várices han aparecido nunca van a retroceder por sí solas. Al contrario, tenderán a aumentar y multiplicarse. Al principio puede ser sólo la imagen lo que está en juego, pero si avanzan mucho puede ser la propia salud. Es que las várices pueden tener complicaciones importantes.
Pigmentación: aparición de manchas oscuras en la piel.
Ulceras cutáneas varicosas: úlceras en la piel producidas por las várices que aparecen sobre todo en los tobillos.
Cuando la sangre circula lentamente el tejido de alrededor tiende a ponerse fibroso, esta fibrosis hace que la piel pierda su vitalidad y que, por un pequeño golpe o de forma espontánea, aparezcan estas úlceras en ellas.
Varicoflebitis: cuando la sangre fluye lentamente, los glóbulos rojos tienden a unirse formando un conglomerado, que produce una inflamación en las paredes de la várice. Si no se la trata a tiempo puede provocar una embolia pulmonar.
Hipertensión venosa: la dilatación de las venas provoca un exceso de presión, lo que hace que las paredes se afinen y puedan romperse con facilidad y comenzar a sangrar (varicorragia). No hay ningún medicamento capaz de eliminar las várices.
Los hay que mejoran y facilitan la circulación sanguínea, pero no curan la dilatación venosa en sí y, además, en todo caso agravarían la situación, ya que lo que hacen es facilitar la bajada de la sangre por las arterias y sería mucho mayor la cantidad que tendría que retornar por las venas.
Durante el día aprovecharemos cualquier momento para colocar las piernas elevadas y hacemos movimientos de flexión y extensión de los pies. Aplicaciones de agua fría: chorro de agua fría, subiendo por los pies y dejando que caiga agua por encima de las rodillas. Respiraciones profundas: El efecto aspirante de las inspiraciones profundas favorece también la circulación.
Cualquier ejercicio físico que nos provoque una activación de la respiración, será beneficioso para mantener a raya las várices. Evite la obesidad y el estreñimiento crónicos.
No acerque sus piernas a fuentes de calor. No use ligas ni ningún tipo de medias que le opriman la pierna. También es bueno que use un calzado cómodo.
Evite permanecer de pie y sin andar durante períodos prolongados. No apoye todo el peso del cuerpo en una sola pierna.
Una cosa está clara: una vez que las várices han aparecido nunca van a retroceder por sí solas. Al contrario, tenderán a aumentar y multiplicarse. Al principio puede ser sólo la imagen lo que está en juego, pero si avanzan mucho puede ser la propia salud. Es que las várices pueden tener complicaciones importantes.
Pigmentación: aparición de manchas oscuras en la piel.
Ulceras cutáneas varicosas: úlceras en la piel producidas por las várices que aparecen sobre todo en los tobillos.
Cuando la sangre circula lentamente el tejido de alrededor tiende a ponerse fibroso, esta fibrosis hace que la piel pierda su vitalidad y que, por un pequeño golpe o de forma espontánea, aparezcan estas úlceras en ellas.
Varicoflebitis: cuando la sangre fluye lentamente, los glóbulos rojos tienden a unirse formando un conglomerado, que produce una inflamación en las paredes de la várice. Si no se la trata a tiempo puede provocar una embolia pulmonar.
Hipertensión venosa: la dilatación de las venas provoca un exceso de presión, lo que hace que las paredes se afinen y puedan romperse con facilidad y comenzar a sangrar (varicorragia). No hay ningún medicamento capaz de eliminar las várices.
Los hay que mejoran y facilitan la circulación sanguínea, pero no curan la dilatación venosa en sí y, además, en todo caso agravarían la situación, ya que lo que hacen es facilitar la bajada de la sangre por las arterias y sería mucho mayor la cantidad que tendría que retornar por las venas.
Durante el día aprovecharemos cualquier momento para colocar las piernas elevadas y hacemos movimientos de flexión y extensión de los pies. Aplicaciones de agua fría: chorro de agua fría, subiendo por los pies y dejando que caiga agua por encima de las rodillas. Respiraciones profundas: El efecto aspirante de las inspiraciones profundas favorece también la circulación.
Cualquier ejercicio físico que nos provoque una activación de la respiración, será beneficioso para mantener a raya las várices. Evite la obesidad y el estreñimiento crónicos.
No acerque sus piernas a fuentes de calor. No use ligas ni ningún tipo de medias que le opriman la pierna. También es bueno que use un calzado cómodo.
Evite permanecer de pie y sin andar durante períodos prolongados. No apoye todo el peso del cuerpo en una sola pierna.