Para ganarle tiempo al proceso de envejecimiento de la piel es fundamental, desde la juventud, respetar ciertas pautas de alimentación e higiene del cutis. Otros aspectos importantes son evitar las excesivas gesticulaciones, utilizar productos adecuados y combatir el estrés.
La piel se mantiene lozana hasta alcanzar, desde los 20 a los 30 años, un estado estacionario. Después de los 30 comienza a declinar. Es entonces cuando comienzan a insinuarse las primeras arrugas, que más tarde se profundizan. El cutis más seco se pliega con facilidad, mientras el graso mantiene su frescura por más tiempo.
Paralelamente con este envejecimiento de la piel, todo el sistema encargado de la secreción y humectación del organismo comienza a deteriorarse. Este deterioro de la epidermis se acentúa cuando el organismo, en su totalidad, no está en estado óptimo. La carencia de vitaminas o el exceso de tóxicos aceleran el proceso.
Por el contrario, una excelente salud y una alimentación sana mantienen la frescura del cutis. Estos son algunos de los muchos enemigos del mismo: las exposiciones prolongadas al sol son dañinas, no sólo por la posibilidad de originar cáncer cutáneo, sino porque aceleran el envejecimiento de la piel. Además hay que preferir los alimentos sencillos, las verduras crudas o cocidas, las frutas y el churrasquito.
Otro detalle a tener en cuenta es el agua. Las personas cuyo trabajo depende de su aspecto físico, como las modelos, ya han adoptado la costumbre de beber dos litros de agua por día. Esa cantidad de líquido es la que nos proporciona el mejor diurético.
Es la que consigue la suficiente hidratación de la piel y los órganos internos y la que ayuda a eliminar toxinas, sin que se depositen la belleza siguiendo algunas reglas. Una de ellas es mantener el cutis limpio con una buena leche o crema de limpieza. También resulta importante proveerse de una buena crema nutritiva. Pero debe aplicarse con un masaje que demandará por lo menos cinco minutos diarios.
Cuando las arrugas ya están instaladas y resultan inútiles los tratamientos para atenuarlas, siempre queda la solución de la cirugía estética, si se cuenta con posibilidades económicas para acceder a ella. Sin embargo, con una vida sana y eludiendo los enemigos, es posible retardar la llegada de las arrugas.
La piel se mantiene lozana hasta alcanzar, desde los 20 a los 30 años, un estado estacionario. Después de los 30 comienza a declinar. Es entonces cuando comienzan a insinuarse las primeras arrugas, que más tarde se profundizan. El cutis más seco se pliega con facilidad, mientras el graso mantiene su frescura por más tiempo.
Paralelamente con este envejecimiento de la piel, todo el sistema encargado de la secreción y humectación del organismo comienza a deteriorarse. Este deterioro de la epidermis se acentúa cuando el organismo, en su totalidad, no está en estado óptimo. La carencia de vitaminas o el exceso de tóxicos aceleran el proceso.
Por el contrario, una excelente salud y una alimentación sana mantienen la frescura del cutis. Estos son algunos de los muchos enemigos del mismo: las exposiciones prolongadas al sol son dañinas, no sólo por la posibilidad de originar cáncer cutáneo, sino porque aceleran el envejecimiento de la piel. Además hay que preferir los alimentos sencillos, las verduras crudas o cocidas, las frutas y el churrasquito.
Otro detalle a tener en cuenta es el agua. Las personas cuyo trabajo depende de su aspecto físico, como las modelos, ya han adoptado la costumbre de beber dos litros de agua por día. Esa cantidad de líquido es la que nos proporciona el mejor diurético.
Es la que consigue la suficiente hidratación de la piel y los órganos internos y la que ayuda a eliminar toxinas, sin que se depositen la belleza siguiendo algunas reglas. Una de ellas es mantener el cutis limpio con una buena leche o crema de limpieza. También resulta importante proveerse de una buena crema nutritiva. Pero debe aplicarse con un masaje que demandará por lo menos cinco minutos diarios.
Cuando las arrugas ya están instaladas y resultan inútiles los tratamientos para atenuarlas, siempre queda la solución de la cirugía estética, si se cuenta con posibilidades económicas para acceder a ella. Sin embargo, con una vida sana y eludiendo los enemigos, es posible retardar la llegada de las arrugas.