El insomnio es una molestia que afecta a más de un tercio de la población mundial. El treinta por ciento de las personas mayores de 40 años lo sufren, hecho que se asocia con las multimillonarias ventas de fármacos tranquilizantes en todo el planeta. Si no se toman los recaudos suficientes, puede convertirse en una patología.
La mayoría de los seres humanos pasamos en una u otra oportunidad por la experiencia de no poder conciliar el sueño. El insomnio es un síntoma de que algo en nuestro organismo no funciona correctamente, y las causas que lo originan pueden ser de muy diversa índole.
Algunos tipos de insomnio están asociados a enfermedades psiquiátricas como depresión o hipocondría, y otros, a afecciones neurológicas como la anemia. Cuando nos toque vivir la experiencia de una noche de insomnio no hay que desesperarse. La preocupación por no poder conciliar el sueño empeora la situación.
Lo mejor es intentar olvidarse del problema y pensar en otra cosa, imaginar alguna cosa placentera y concentrarse en ella. Una sugerencia "clásica" es fijarse una imagen que genere placer.
Entre estas recomendaciones generales no hay que olvidar relajar el cuerpo recorriéndolo con el pensamiento: es una buena terapia. Un baño tibio resulta también una excelente medida para tener en cuenta antes de irnos a la cama, sobre todo si se ha tenido un día demasiado agitado.
Una cena liviana y mesura en cuanto al consumo de café y tabaco preparan una noche sin mayores problemas; pero si a nuestras tensiones le agregamos cafeína, nicotina y alcohol, el reposo será muy dificultoso.
La opción de los sedantes o hipóticos debe descartarse por completo, salvo que haya sido el médico quien los recetó. Y muy grave, además, es automedicar-se, cuando la solución no está en los sedantes ni en los somníferos. Para dormir bien el principio fundamental es una vida sana, lejos de los conflictos y de los excesos en comida y bebida.
Ser sano significa, básicamente, comer lo que se debe comer y no más, y mantener una dieta equilibrada. Si antes de acostarse se evitan el café, té, alcohol, bebidas colas, tabaco, a buen seguro se está "alfombrando" el camino para un sueño sin sobresaltos.
La mayoría de los seres humanos pasamos en una u otra oportunidad por la experiencia de no poder conciliar el sueño. El insomnio es un síntoma de que algo en nuestro organismo no funciona correctamente, y las causas que lo originan pueden ser de muy diversa índole.
Algunos tipos de insomnio están asociados a enfermedades psiquiátricas como depresión o hipocondría, y otros, a afecciones neurológicas como la anemia. Cuando nos toque vivir la experiencia de una noche de insomnio no hay que desesperarse. La preocupación por no poder conciliar el sueño empeora la situación.
Lo mejor es intentar olvidarse del problema y pensar en otra cosa, imaginar alguna cosa placentera y concentrarse en ella. Una sugerencia "clásica" es fijarse una imagen que genere placer.
Entre estas recomendaciones generales no hay que olvidar relajar el cuerpo recorriéndolo con el pensamiento: es una buena terapia. Un baño tibio resulta también una excelente medida para tener en cuenta antes de irnos a la cama, sobre todo si se ha tenido un día demasiado agitado.
Una cena liviana y mesura en cuanto al consumo de café y tabaco preparan una noche sin mayores problemas; pero si a nuestras tensiones le agregamos cafeína, nicotina y alcohol, el reposo será muy dificultoso.
La opción de los sedantes o hipóticos debe descartarse por completo, salvo que haya sido el médico quien los recetó. Y muy grave, además, es automedicar-se, cuando la solución no está en los sedantes ni en los somníferos. Para dormir bien el principio fundamental es una vida sana, lejos de los conflictos y de los excesos en comida y bebida.
Ser sano significa, básicamente, comer lo que se debe comer y no más, y mantener una dieta equilibrada. Si antes de acostarse se evitan el café, té, alcohol, bebidas colas, tabaco, a buen seguro se está "alfombrando" el camino para un sueño sin sobresaltos.