La menstruación es la expulsión periódica del tejido que recubre la cavidad del útero, por haber perdido éste su función al no haber sido fecundado el óvulo y no existir embarazo. La expulsión de este tejido desintegrado va siempre acompañada de cierta cantidad de sangre, que le confiere un peculiar aspecto. Durante este período la mujer utiliza algodones o gasas, que situados junto a la vulva, recogen la sangre expulsada.
En la actualidad se encuentran en el comercio distintos productos que. enrollados en forma de cilindro, son aptos para, al ser introducidos en la vagina, recoger la sangre menstrual. La mujer puede usarlos sin peligro alguno, siempre y cuando utilice el tamaño apropiado a su vagina.
Durante el período de la regla, el organismo de la mujer se encuentra en igual estado que fuera de ella. La pérdida de sangre menstrual es un proceso fisiológico que indica el normal funcionamiento del útero. Y dado que en el cuerpo humano nunca una función normal de un órgano cualquiera altera o pone en peligro el resto del organismo, la mujer durante la regla se encuentra en perfecto estado de salud, o al menos en el mismo estado en que se encontraba antes de la menstruación.
Ello significa que el baño en particular, y cualquier otra actividad de la mujer durante las reglas, tiene el mismo peligro que fuera de ellas. El baño o ducha, con el fin de un aseo personal, es siempre higiénico y por tanto saludable.
Los baños de mar en épocas calurosas son igualmente agradables, y la menstruación no aumenta la posibilidad (de por sí poco frecuente) de que se produzca uno de esos shocks hidrocutáneos llamados popularmente «cortes de digestión».
En la actualidad se encuentran en el comercio distintos productos que. enrollados en forma de cilindro, son aptos para, al ser introducidos en la vagina, recoger la sangre menstrual. La mujer puede usarlos sin peligro alguno, siempre y cuando utilice el tamaño apropiado a su vagina.
Durante el período de la regla, el organismo de la mujer se encuentra en igual estado que fuera de ella. La pérdida de sangre menstrual es un proceso fisiológico que indica el normal funcionamiento del útero. Y dado que en el cuerpo humano nunca una función normal de un órgano cualquiera altera o pone en peligro el resto del organismo, la mujer durante la regla se encuentra en perfecto estado de salud, o al menos en el mismo estado en que se encontraba antes de la menstruación.
Ello significa que el baño en particular, y cualquier otra actividad de la mujer durante las reglas, tiene el mismo peligro que fuera de ellas. El baño o ducha, con el fin de un aseo personal, es siempre higiénico y por tanto saludable.
Los baños de mar en épocas calurosas son igualmente agradables, y la menstruación no aumenta la posibilidad (de por sí poco frecuente) de que se produzca uno de esos shocks hidrocutáneos llamados popularmente «cortes de digestión».