No pocos médicos y sexólogos consideran que para el amor nunca es tarde ni tampoco para el sexo. Y hasta aseguran que a partir del climaterio aumenta el deseo femenino debido a los cambios hormonales. En tanto, al varón le aconsejan "paciencia y creatividad". Sin embargo, lo importante será conocer los cambios que necesariamente ocurren en el organismo para comprenderlos sin temor.
Se dice que la sexualidad femenina cambia después de la menopausia. No obstante, el hecho de no poder seguir procreando no significa una disminución del deseo sexual. Por el contrario, "al disminuir 1 los estrógenos en el organismo, permiten que los andró-genos, responsables del deseo, fluyan con mayor libertad".
Para corroborarlo, muchas mujeres confiesan que, al saber que "ya no quedarán embarazadas", disfrutan de sus relaciones con mayor libertad que antes, aunque están las que inhiben su deseo porque ya no cuentan con un cuerpo joven y "apetecible".
No obstante, los cambios no son iguales para todas las mujeres, y los trastornos que pueden aparecer ya en el climaterio —a partir de los 44 años—, si no hay menopausia precoz, tampoco son todos biológicos. El autor del libro "El apogeo de la mujer madura", el especialista uruguayo Ricardo Pou Ferrari, dice que "son muy importantes los valores culturales que han rodeado a esa mujer durante toda su vida y el concepto de sexualidad que ha tenido siempre".
También asegura que en muchos casos la disminución de la actividad sexual pueden ser trastornos del hombre.
Aunque los médicos no terminan de ponerse de acuerdo en si el varón pasa o no por un período de andropausia (algo así como la menopausia femenina), lo cierto es que, a partir de cierta edad, sus erecciones ya no son inmediatas como podría ocurrirle en la juventud. También la eyacu-lación se hará más lenta.
"En esa etapa, el varón tiene que permitirse una estimulación más directa —caricias en las tetillas, en los glúteos— comprendiendo que no por eso se es homosexual", advierte el sexólogo argentino Adrián Sappetti. También recomienda "preparar una escena con una salida diferente, en la que seduzca y sea seducido nuevamente por su pareja. No descuidar la salud física porque 'el erotismo pasa por todo el cuerpo'".
La pareja, "en ese tiempo", no debe caer en la abstinencia, salvo que la misma sea fruto de una libre decisión personal y ambos integrantes de la pareja encaminen sus intereses a actividades que resultan trascendentes o compensatorias.
Por último, debe recordarse y valorarse que sólo la mutua comprensión, surgida de un diálogo sincero entre los integrantes de la pareja.
En caso de enfermedad de alguno de los integrantes de la pareja que dificulte la relación sexual, conviene consultar con un especialista acerca de los medios para mejorarla. En cualquier caso, no se obsesione por mantener una frecuencia preestablecida para tener relaciones sexuales, porque esto puede disminuir el ansiado goce.
Se dice que la sexualidad femenina cambia después de la menopausia. No obstante, el hecho de no poder seguir procreando no significa una disminución del deseo sexual. Por el contrario, "al disminuir 1 los estrógenos en el organismo, permiten que los andró-genos, responsables del deseo, fluyan con mayor libertad".
Para corroborarlo, muchas mujeres confiesan que, al saber que "ya no quedarán embarazadas", disfrutan de sus relaciones con mayor libertad que antes, aunque están las que inhiben su deseo porque ya no cuentan con un cuerpo joven y "apetecible".
No obstante, los cambios no son iguales para todas las mujeres, y los trastornos que pueden aparecer ya en el climaterio —a partir de los 44 años—, si no hay menopausia precoz, tampoco son todos biológicos. El autor del libro "El apogeo de la mujer madura", el especialista uruguayo Ricardo Pou Ferrari, dice que "son muy importantes los valores culturales que han rodeado a esa mujer durante toda su vida y el concepto de sexualidad que ha tenido siempre".
También asegura que en muchos casos la disminución de la actividad sexual pueden ser trastornos del hombre.
Aunque los médicos no terminan de ponerse de acuerdo en si el varón pasa o no por un período de andropausia (algo así como la menopausia femenina), lo cierto es que, a partir de cierta edad, sus erecciones ya no son inmediatas como podría ocurrirle en la juventud. También la eyacu-lación se hará más lenta.
"En esa etapa, el varón tiene que permitirse una estimulación más directa —caricias en las tetillas, en los glúteos— comprendiendo que no por eso se es homosexual", advierte el sexólogo argentino Adrián Sappetti. También recomienda "preparar una escena con una salida diferente, en la que seduzca y sea seducido nuevamente por su pareja. No descuidar la salud física porque 'el erotismo pasa por todo el cuerpo'".
La pareja, "en ese tiempo", no debe caer en la abstinencia, salvo que la misma sea fruto de una libre decisión personal y ambos integrantes de la pareja encaminen sus intereses a actividades que resultan trascendentes o compensatorias.
Por último, debe recordarse y valorarse que sólo la mutua comprensión, surgida de un diálogo sincero entre los integrantes de la pareja.
En caso de enfermedad de alguno de los integrantes de la pareja que dificulte la relación sexual, conviene consultar con un especialista acerca de los medios para mejorarla. En cualquier caso, no se obsesione por mantener una frecuencia preestablecida para tener relaciones sexuales, porque esto puede disminuir el ansiado goce.
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