El peligro de la negación
Es importante tener en cuenta que, aunque un pequeño porcentaje de bipolares muestra una capacidad productiva y creativa elevada durante las fases maníacas, como puede observarse en el caso de algunos grandes genios, su pensamiento distorsionado y alocado los lleva a una conducta peligrosa. Por otra parte, no es la enfermedad lo que les otorga capacidad y sensibilidad, sino que en todo caso se trata de un don innato.
Los pacientes bipolares necesitan ayuda y gran apoyo familiar, tanto para evitar los problemas propios de los episodios como para combatir la pérdida de autoestima y el sentimiento de culpabilidad, dos situaciones sumamente comunes durante las fases depresivas. Una de las dificultades principales para el diagnóstico es la tendencia de los pacientes a no reconocer su propia enfermedad, en particular cuando atraviesan la etapa de euforia y exáltación.
Es vital detectar el trastorno a tiempo, a fin de controlar las alteraciones y permitirle al enfermo llevar una vida normal, porque no se trata de una enfermedad curable y el tratamiento debe realizarse de por vida.
El tratamiento Según la opinión de los especialistas, ésta es una enfermedad que sí tiene remedios. En principio, es claro que hay medicamentos que estabilizan el estado de ánimo, reducen la manía y compensan la depresión y que son el pilar para combatir el trastorno bipolar.
Si bien hasta hace poco tiempo se utilizaban varias drogas para contrarrestar los síntomas, estudios recientes han demostrado que existen tratamientos efectivos que pueden prevenir la recurrencia de las manías tanto como de la depresión. Junto al tratamiento médico-psiquiátrico, es extremamente importante ayudar al paciente bipolar con terapias psicológicas para superar, e incluso prevenir, la recaída.
Es muy común que'estos renuncien al tratamiento completo porque consideran que su manía es positiva, creativa y aun graciosa. Por eso, el asesoramiento psi-coterapéutico es imprescindible para que comprendan la realidad de su enfermedad y que asuman las consecuencias nocivas que para él y su familia puede acarrear vivir entre la euforia y la depresión.
También son esenciales las terapias enfocadas hacia la mejora de autoestima, la reconstrucción de los sustentos sociales y la verificación de que el paciente está cumpliendo con el tratamiento farmacológico.
Es importante tener en cuenta que, aunque un pequeño porcentaje de bipolares muestra una capacidad productiva y creativa elevada durante las fases maníacas, como puede observarse en el caso de algunos grandes genios, su pensamiento distorsionado y alocado los lleva a una conducta peligrosa. Por otra parte, no es la enfermedad lo que les otorga capacidad y sensibilidad, sino que en todo caso se trata de un don innato.
Los pacientes bipolares necesitan ayuda y gran apoyo familiar, tanto para evitar los problemas propios de los episodios como para combatir la pérdida de autoestima y el sentimiento de culpabilidad, dos situaciones sumamente comunes durante las fases depresivas. Una de las dificultades principales para el diagnóstico es la tendencia de los pacientes a no reconocer su propia enfermedad, en particular cuando atraviesan la etapa de euforia y exáltación.
Es vital detectar el trastorno a tiempo, a fin de controlar las alteraciones y permitirle al enfermo llevar una vida normal, porque no se trata de una enfermedad curable y el tratamiento debe realizarse de por vida.
El tratamiento Según la opinión de los especialistas, ésta es una enfermedad que sí tiene remedios. En principio, es claro que hay medicamentos que estabilizan el estado de ánimo, reducen la manía y compensan la depresión y que son el pilar para combatir el trastorno bipolar.
Si bien hasta hace poco tiempo se utilizaban varias drogas para contrarrestar los síntomas, estudios recientes han demostrado que existen tratamientos efectivos que pueden prevenir la recurrencia de las manías tanto como de la depresión. Junto al tratamiento médico-psiquiátrico, es extremamente importante ayudar al paciente bipolar con terapias psicológicas para superar, e incluso prevenir, la recaída.
Es muy común que'estos renuncien al tratamiento completo porque consideran que su manía es positiva, creativa y aun graciosa. Por eso, el asesoramiento psi-coterapéutico es imprescindible para que comprendan la realidad de su enfermedad y que asuman las consecuencias nocivas que para él y su familia puede acarrear vivir entre la euforia y la depresión.
También son esenciales las terapias enfocadas hacia la mejora de autoestima, la reconstrucción de los sustentos sociales y la verificación de que el paciente está cumpliendo con el tratamiento farmacológico.
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